Ducati 916 (1994-1997)
En el Salón de Milán de 1993, se presentó, una moto que estaba predestinada a cambiar la historia del diseño de la industria de la moto. La Ducati 916, revolucionó todo lo conocido hasta ese momento, y había que ser motorista en aquella época para comprender, lo absolutamente increíble que resultaba, ver una en vivo.
El motor era una evolución del anterior, con unas cotas de 94×66 mm, que correspondían efectivamente al incremento de cilindrada declarado, pero todo lo demás era revolucionario. El escape se colocaba debajo del colín de forma que los laterales quedaban totalmente limpios, diseño que creó escuela en la industria y muchos modelos lo han mantenido hasta hace muy poco.
Por otro lado, equipaba un espectacular basculante, mono brazo y un frontal que incluso hoy día es espectacular.
La potencia de las primeras unidades, declaraban 150 cv, pero realmente sólo llegaban a 114 cv. Esta moto, aparte de lo iconica que es, como moto de calle, en el mundial de Superbikes, se caracterizó por ganar varios años con uno de los pilotos más carismáticos que jamás ha tenido el campeonato: Carl Fogarty “Foggy”.
Una moto bella
Del magnífico elenco de las mejores súperbike de la historia, sobresale la Ducati 916, joya mecánica italiana y con un diseño cautivan-te, tiene una efectividad muy difícil de superar. Su motor y sus líneas armoniosas y sencillas, hacen de la 916, una de esas motos que marcan época. Está Incluida entre “las mejores motos de todos los tiempos”.
De la mano del maestro Massimo Tamburini, con la colaboración de Sergio Robbiano, nació la Ducati 916, apodada por algunos motociclistas, como “la bala roja italiana de dos ruedas”. Para que pudiera competir en el Campeonato de Súperbike, apareció en 1994 una pequeña serie con vistas a homologar el modelo. Se comercializó a partir del año siguiente (1995) y permaneció en el mercado hasta 1998. En solo cuatro años creó una leyenda.
Las motos Ducati se producen desde 1946. Inicialmente, la familia Ducati fundó una empresa para fabricar componentes de transmisores de radio, en Bolonia, Italia. Concluida la II Guerra Mundial, se dedicarón a construir motos. En 1983, Ducati es adquirida por los hermanos Castiglioni y entra a formar parte del Grupo Cagiva.
Aficionados al motociclismo, los Castiglioni participan en las competiciones de súperbike, donde obtienen importantes éxitos. Como parte de la corriente de las súper-deportivas de Ducati, nace la 916 en el Centro de Desarrollo de Cagiva, en San Marino.
La 916 la revolución de las superbikes
Su aparición constituyó una revolución en el mercado de las súper motos de altas prestaciones, pues en este modelo se unen tecnología y diseño, potencia y belleza en excelente armonía.
Fue la “moto del año” de todas las revistas especializadas. El motor de la 916 (916 cc) es de cuatro tiempos, bi-cilíndrico en V a 90 grados, cuatro válvulas por cilindro, refrigeración por agua y, además, otro pequeño radiador de aceite. Entrega 109 cv de potencia a 9000 rpm. La alimentación por inyección electrónica Weber, caja de velocidades de seis marchas, embrague en seco y arranque eléctrico. Velocidad punta aproximada: 260 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h, en solo 3 segundos.
El chasis es multi-tubular de acero y el sub-chasis es de aluminio, desmontable, con basculante mono-brazo, también de aluminio. Los frenos son Brembo, discos dobles delante de 320 mm, con pinzas de cuatro pistones y latiguillos metálicos, detrás un disco de 220 mm, con pinza de dos pistones opuestos.
La suspensión delantera, con horquilla Showa invertida, de 43 mm de diámetro, multi-regulable en muelle e hidráulico y, detrás, mono-amortiguador progresivo Showa, multi-regulable.
Es bueno destacar también, las llantas de tres brazos, Brembo, la doble óptica delantera con foco izquierdo para corta y derecho, halógeno, para larga, asientos radicales para ambos tripulantes (versión biposto), maneta de freno delantero regulable, con cuatro pasos, el manillar anclado y rueda trasera de extracción rápida, como las motos de carreras.
Datos técnicos: motor 2v (2 cilindros en “L” a 90º). Potencia 109 cv a 9000 rpm. Depósito 17 litros. Caja de cambios: manual de 6 velocidades. Frenos: delant. doble disco, 320 mm tras. disco simple, 220 mm. Peso 204 kg. Neumático delant. 120/70 R17” Neumático tras. 190/50 R17”.
Una Ducati 916 es mucho más que una moto. Es el signo del cambio en el concepto de fabricación de las deportivas, aportando elementos que a la postre se han convertido en comunes en casi todas las “R” del mercado. Ejemplo de ello son sus dos salidas de escape, por la parte baja del colín (solo visto antes en la Honda NR), el amortiguador de dirección colocado entre el depósito y la tija, horquilla invertida de gran diámetro etc…
Estética que enamora
Esta Ducati 916, destaca por esa estética tan afilada, estrecha y radical. Con su doble faro afilado al igual que sus espejos retrovisores y su estrecha cúpula, lo que nos hace presagiar que estamos ante una verdadera y radical deportiva, llegada directamente de las carreras de superbike.
Esta Ducati 916, es una moto que sin duda, despierta ese sentimiento de amor-odio incontrolable. Son tantos sus fans como sus detractores y es que empezando por su configuración mecánica, un bloque de 2 cilindros opuestos en “L” y 916 cc y siguiendo por su extrema puesta a punto, hacen de esta italiana, una moto difícil de dominar y que nada tiene que ver con una japonesa al uso de su misma categoría y época.
Su sonido, Ducati, con ese «traqueteo» tan caracteristico, gracias a su motor con sistema desmodronomico o su duro tacto general, no pondrán para nada fácil el poderla llevar al límite. Es una moto por y para los circuitos, aunque se pueda conducir por la calle, pero tanto su posición de pilotaje, como cerrada geometría, te hace dirimir cuales son las intenciones de la 916.
Ya metidos en faena, con ella te das cuenta que no brilla por su “tirón” o prestaciones estratosféricas… no. Esta Ducati es otra cosa. Su esencia más pura reside en su rigidez, estabilidad, paso por curva, el poder de tracción de su motor desde abajo y la calidad de sus componentes.
En este campo es la número uno y hoy, 23 años después, sí has leído bien, sigue teniendo la misma vigencia y siendo una obra maestra en su campo de batalla: él circuito.
Parada en la acera, podemos deleitarnos en los detalles de esta “oldie” con su espectacular chasis multitubular de acero, su horquilla invertida, firmada por Showa o su precioso basculante monobrazo, detalles que no dejan indiferente al que se considera un buen amante del mundo de las dos ruedas y que de poder hacer una gran colección de motos tendría sin ningún lugar a dudas una 916, entre mis más preciadas joyas.
Las siguientes evoluciones de esta mágica italiana, consiguieron aun si cabe, mejorar las prestaciones y sensaciones ya conseguidas por la 916
Después llegaron las 996 y 998, que prácticamente eran la misma moto estéticamente aunque con una mayor cilindrada y por ende, potencia. Además se mejoraron componentes de la parte ciclo, como frenos o suspensiones, que en sus últimas ediciones fue firmado por Ohlins. También se incorporo el sistema Testastretta en su motor, piezas de carbono en su carenado o materiales como el magnesio, para sus espectaculares llantas Marchesini de cinco palos.
Hoy día hacerse con una de estas Ducati, no es difícil a priori, aunque siempre hay que llevar mil ojos con lo que se compra. La mayoría de ellas han sido usadas para lo que mejor se les da, él circuito y si no han llevado un mantenimiento exhaustivo, pueden ser un gran pozo sin fondo que te pueden llevar de la pasión al odio, en muy poco tiempo.
Si encuentras alguna, que si haya estado mimada, y decides comprarla, estarás adquiriendo una de las motos más bellas jamás construidas, además de un trocito de la historia viva de la moto.
By MAYAM