El sistema de frenos de discos: partes y funcionamiento, el sistema de frenos en las motos, es el sistema mecánico más potente que equipan, además es un sistema esencial para poder rodar con tu moto, hoy trataremos de dar una serie de consejos e indicaciones para que ese sistema este siempre a punto.
El sistema de frenos se compone de una serie de elementos, hoy los analizaremos:
La maneta y el pedal
Mediante la palanca de la maneta y el pedal de freno, se realiza presión sobre el líquido del depósito de frenos, desplazándolo para accionar las pinzas de freno. Si el circuito es mecánico, no tendrá bomba o depósito. La misma acción del líquido la realiza, en su lugar, un cable de acero trenzado, que gana o pierde tensión en función de lo que apretemos la maneta.
Las pinzas
Antes de que el líquido dirija la presión sobre la pinza y el disco de freno, discurre por dentro del latiguillo o cable hasta llegar al émbolo o pistón de la pinza. Éste, a su vez, se mueve para presionar las pastillas, el otro elemento interno de la pinza de freno. Actualmente, se pueden distinguir dos tipos de pinzas:
- De 2 pistones: son las más comunes en todas las modalidades. Los dos pistones se sitúan uno a cada lado de la pinza, tras la correspondiente pastilla.
- De 4 pistones: se usan, sobre todo, en motos más radicales o potentes. En este caso, se dobla el número de pistones: dos por cada lado de la pinza para aplicar más potencia de frenado con la misma o similar modulación.
En cada lado, el primer pistón ubicado según el sentido de giro del disco es más pequeño que el segundo. Con esto se compensa el efecto cuña o mayor fuerza de frenado que se produce en la zona. Así, se evita que la pastilla se desgaste más por un lado que por otro y se eliminan oscilaciones del disco.
Las pinzas de freno de 4 pistones consiguen aumentar la potencia de frenado hasta un 20%. Las pinzas de cuatro pistones son pinzas más grandes y unos 20-40 gr más pesadas que las de dos pistones. Sólo son compatibles con modelos de frenos específicos para 4 pistones y son más.
Las pastillas
Las pastillas de freno son las piezas metálicas, semimetálicas o sintéticas, encargadas de retener la rotación del disco y frenar la rueda. Una pieza capital que tiene una vida útil limitada y cuyo desgaste deberá vigilarse con frecuencia. Podemos distinguir dos tipos principales, en función del compuesto utilizado de la superficie de frenado: orgánicas (mejor frenada pero corta duración) y metálicas (frenada algo más imperfecta, pero más duradera).
Los discos
Debemos distinguir por su tamaño (diámetro) y construcción (una sola pieza o dos piezas), potenciarán unas propiedades u otras:
- El diámetro de los discos: determina la capacidad de frenado. Un disco de mayor diámetro minimizará, por regla general, el tiempo desde que se acciona la maneta hasta que se detiene la rueda. Por otro lado, un aumento del diámetro del disco es recomendable para asumir la mayor potencia de un freno en concreto. Por ejemplo, uno de cuatro pistones requerirá de discos de gran diámetro para asumir y gestionar mejor esta potencia.
Tipos:
- 140 mm: el estándar más pequeño en la actualidad, mayoritario en motos de carretera o cross.
- 160 mm: medida intermedia, la más usada y polivalente: cross country, carretera o tierra.
- 180 mm: como disco de freno delantero y en modalidades con grandes exigencias de frenado: XC/trail o enduro.
- 203 mm: presente mayoritariamente en modalidades trail, enduro etc…
- 220/230 mm: disco específico para motos de carretera de alto rendimiento
El diseño y construcción de los discos, dependiendo de su diseño y estructura, el disco puede ser más o menos pesado y soportar mejor el calentamiento y fatiga de la frenada. En este sentido, podemos distinguir dos categorías: los discos rígidos y los discos flotantes o de dos piezas.
- Los discos rígidos constan de una pieza de acero. Son los más comunes, que puedes encontrar en las motos deportivas y gama media. También en alta gama con diseños especiales para disipar el calor. Los discos flotantes o de dos piezas tienen una parte externa o superficie de frenado de acero, junto a un núcleo de un material más ligero y resistente al calentamiento (aluminio o carbono). Son más caros que los rígidos y se montan en motos de media y alta gama, hay que tener en cuenta el tipo de anclaje al buje de la rueda, ya que no hay uno universal y es importante para determinar su compatibilidad con la moto. Se pueden distinguir dos estándares de anclaje: de 6 tornillos y Center Lock (de rosca).
Tipos de freno de disco
Para clasificar los frenos de disco, podemos atender a dos criterios: según su accionamiento y según la modalidad de la moto.
Según su accionamiento
Existen dos sistemas universales de frenos de disco según su tecnología de accionamiento: hidráulicos y mecánicos.
– Frenos de disco hidráulicos, se trata del sistema más extendido. El circuito de frenado está lleno de líquido de frenos (un aceite mineral o sintético) que se bombea desde la maneta a la pinza. Entre sus puntos fuertes está su frenada más progresiva y modulada, de menos a más, que evita bloqueos de las ruedas para favorecer un mejor control.
– Frenos de disco mecánicos Los frenos de disco mecánicos se valen de un cable de frenado tradicional. La frenada es algo más brusca, menos progresiva. Además, tienden a desajustarse más y a perder tacto. Sin embargo, las reparaciones y ajustes son más sencillos que en un freno hidráulico. Prescinde de sus engorrosos purgados del sistema y sustitución de líquido.
Según modalidad
Otro criterio para clasificar los frenos de disco es atender a la modalidad de la moto:
– Moto de montaña: los frenos de disco llegaron hace más de 20 años, como respuesta a recorridos cada vez más técnicos y a la necesidad de una frenada más eficaz y controlada. El estándar de disco va de 160 a 220 mm, y la maneta es recta y ajustable en alcance (sin necesidad de herramienta en los modelos superiores). Además, también es posible mejorar la potencia con modelos de cuatro pistones.
– Carretera: los frenos de disco de carretera, de más reciente implantación, tienen sus propias particularidades, en manetas, tamaño de la pinza y diámetro del disco.
– Tierra: Los frenos de disco tienen similitudes en tamaños y tecnologías con los de carretera, usando el mismo tipo de maneta para el manillar. Pero el diámetro de disco suele ser de 160 o 180 mm. Además, las manetas de freno poseen un diseño y ergonomía diferente que proporcionan un mejor agarre de los dedos, sacrificando un poco el peso.
Tecnologías: nuevas tendencias
Manetas: ajustables en alcance y en contacto
Además del ajuste más habitual de la posición de la maneta con respecto al manillar (mediante una pequeña rueda) existe otra rueda o dial integrado en el cuerpo de la maneta que regula el punto de contacto con la pastilla.
Pinzas: de cuatro pistones y rígidas
Los frenos con pinza de cuatro pistones han roto la frontera de la competición y de las modalidades. Las grandes marcas ya ofrecen modelos para todo tipo de motos de montaña, y en todos los rangos de precio. Las pinzas presentan diseños que proporcionan mayor integración y rigidez, favoreciendo una frenada uniforme sin vibraciones y evitando el movimiento o desajuste de la pinza.
Refrigeración de pinzas y discos
El sobrecalentamiento de unos frenos de disco, por un uso continuo de este genera fatiga en el sistema, pérdida de tacto y potencia. Los fabricantes trabajan permanentemente en tecnologías que permitan disipar mejor el calor de discos y pinzas, las zonas donde aumenta más la temperatura.
En las pinzas, los pistones de aluminio se están imponiendo como solución al sobrecalentamiento.
Mantenimiento: cuidados básicos para evitar averías
La operación de purgado del líquido es una de las operaciones más importantes que requiere un buen mantenimiento de los frenos de disco; sin olvidar la sustitución de las pastillas, por supuesto.
Purgado
Se debe hacer uno al año, tanto si usas mucho la moto como si no. El líquido de frenos pierde sus propiedades con el uso y también sin él, por lo que se hará necesario extraer el líquido viejo bombeándolo con líquido nuevo desde la maneta hacia el orificio de salida de la pinza. A priori, es una operación sencilla que podrías realizar en casa, pero deberás contar con dos pequeñas mangueras, embudo y líquido de frenos para realizar el purgado
Sustitución de pastillas
El compuesto de las pastillas se va eliminando en la fricción con el disco. Habrá que comprobar su estado con frecuencia, cada dos o tres meses. Si su grosor es inferior a 1 mm, habrá que pensar en cambiarla; si baja a 0,5 mm, deberás sustituirla de inmediato, ya que el soporte metálico de la pastilla (más duro) empezaría a rozar con el disco, dañando su pista de frenado. Puedes desmontar la pinza y extraer, mediante su puente metálico, el par de pastillas para comprobar el desgaste del compuesto. Esta operación la puedes realizar junto al purgado anual, para tener una mejor organización del mantenimiento de tus frenos. El coste de las pastillas no es elevado. Podrás cambiarlas en casa sin muchas complicaciones, ahorrándote un buen dinero en mano de obra del taller.
Limpieza: pinzas, pastillas y discos
Unos frenos con discos, pinzas y manetas limpios antes de empezar cada ruta funcionarán de forma más eficaz y añadirán años de vida útil. Una limpieza superficial con agua y jabón, evitando que entre en el interior de la pinza, es obligada tras cada salida.
Para la limpieza del interior de la pinza, que es conveniente realizar mensualmente, deberás retirar primero las pastillas. Luego, limpia el interior con agua y jabón neutro, o un limpiador específico para frenos de disco. Finalmente, lubrica la superficie de los pistones con el mismo líquido de frenos del circuito.
Los frenos de disco deberán revisarse a fondo una vez al año, con sustitución de líquido y pastillas.
En cuanto a las pastillas, revisa que el compuesto no tenga resto de suciedad, aceite, o se hayan cristalizado, etc… De lo contrario, estarán contaminadas y será necesario tratarlas con agua y alcohol, y después lijar suavemente para eliminar estos restos. Si no lo haces, la eficacia de la frenada se verá comprometida, así como el tacto al frenar. Limpiar la pista de frenado del disco también es esencial. Realízala una vez al mes con un trapo suave (microfibra), un poco de agua y jabón neutro. También existen en el mercado limpiadores de discos, que además tienen propiedades repelentes del polvo o el barro.
No olvides el rodaje previo
Por último, unos consejos, para empezar, el tacto, la potencia y la modulación de la frenada es diferente cuando se ha limpiado el sistema o cuando se han cambiado las pastillas, por lo tanto, se requiere una adaptación y rodaje previos. Al estar la superficie del compuesto de las nuevas pastillas tan firme y pulido, estas resbalarán sobre el disco y no lo detendrán, aumentando el riesgo de percance.
Después de cada cambio de pastillas, es conveniente realizar un proceso de adaptación sobre la moto.
Así, hay que tocar el freno de menos a más repetidas veces, en un llano o calle sin mucho tráfico, de forma controlada. Recomendamos hacerlo hasta que sientas que el tacto se endurece y la moto se detiene cada vez más rápido. Con este rodaje también conseguimos que las pastillas queden alineadas con el disco y su desgaste sea uniforme en toda su superficie.
By MAYAM