KTM 790 DUKE, una buena moto un tanto denostada

Diez razones por las cuales pensar seriamente en la KTM 790 Duke

Con las llaves de la nueva KTM Duke 790 en la mano, miré de reojo mi fantástica Superduke 1290R y pensé: «quizá la notaré descafeinada«. Pero, acto seguido, me vino a la cabeza la brillante actuación de la pequeña Duke este año en la Pikes Peak, carrera que sigo desde que tuve la Ducati Multistrada.

Volviendo a mirar de reojo mi Superduke y volviendo a pensar en el récord absoluto que ha establecido la 790 en su debut en la categoría de peso medio, ésta era una buena ocasión para sacar mis propias conclusiones.

Hice alrededor de 800 km con la KTM Duke 790 durante un fin de semana por carreteras secundarias, con curvas de todo tipo, incluyendo también algo de ciudad. Tras bajarme y sacar la llave del contacto, éstas son mis diez razones por las cuales creo que hay que pensar seriamente en la 790.

• Es una moto muy poco exigente con el piloto: la Duke 790 me ha parecido una moto muy divertida que, menos para viajar (es una naked: habría que ponerle como mínimo una cúpula) y menos para circuito, esta moto ha sido diseñada para dar muchas satisfacciones en una gran variedad de situaciones: la vi muy cómoda por posición (me gustó particularmente la parte delantera, poco ancha, que permite poner las piernas en una posición muy cómoda, hacia adelante), y la noté también muy ágil en curvas por peso (menos de 170 kg en seco); todo esto, junto con lo que comento en el punto siguiente, hace que los 105 cv que da este bicilíndrico me hayan parecido muy poco exigentes con el piloto para ir ligero desde el primer momento;

• Se ha conseguido un motor muy suave: el motor LC8c tiene la suavidad que suele caracterizar las arquitecturas de los motores en línea, con un traqueteo casi nulo a bajas vueltas, a pesar del diseño del cigüeñal calado a 270º (que suele dar un tacto más de un motor en V) destinado a mejorar la tracción;

• Ofrece un amplio margen de uso: la mayoría de las veces pude ir en carreteras ratoneras a un buen ritmo en tercera a 5000 rpm, con margen para divertirme, gracias entre otras cosas a que recupera muy bien desde abajo con los 86 Nm de par motor que da el pequeño “bi”, y con el añadido de la posibilidad de estirarlo bastante dentro de lo que cabe, ya que, de nuevo, la arquitectura en línea del motor es generosa en la parte alta de las rpm en comparación con otras configuraciones como en V o en L;

• Equipa una electrónica de buen nivel: con cuatro mapas de motor (Rain, Street, Sport, Track) puedes elegir el modo de entrega de la potencia (la potencia máxima no varía), combinado con la intrusión del ABS, el freno motor, el control de tracción, etc.; así, siempre encontré un modo adecuado para cada caso; personalmente el modo street fue el que me pareció más polivalente; con los mapas y el resto de la electrónica (ride by wire, antibloqueo en curva, anti-wheelie, etc, conectividad, etc. etc.) la 790 ofrece un plus de seguridad y asistencia al pilotaje de última generación que no se encuentra habitualmente en motos actuales del mismo nivel;

• Tiene una buena parte ciclo: a ritmo suave no noté las brusquedades en el tren trasero que se dan en sistemas sin bieletas; el conjunto es bastante noble, quizás gracias a la longitud del basculante (me pareció largo para las dimensiones generales de la moto): en toda la prueba nunca se me activó el control de tracción, ni en momentos de pilotaje agresivo;

• El Quick Shifter es una gran ayuda: reconozco que al principio era escéptico (¿para qué necesitamos eso?) pero, al final, el Shifter de doble sentido que lleva la 790 me ha acabado por gustar; una vez vi que, para evitar tirones, hay que subir de marcha sin dejar de dar gas y que hay que bajar de marcha con el gas quitado, al cambio se le saca buen provecho: por ejemplo, al salir de una curva, todavía inclinado y con el cuerpo fuera de la moto, agradecí poder cambiar de marcha con la mano ocupada exclusivamente en agarrar bien el manillar;

• Ofrece una autonomía razonable: a pesar de los 14 litros que “sólo” entran en su pequeño depósito, la electrónica de la 790 parece gestionar bien el consumo de combustible; pude hacer una media de 230 km a buen ritmo entrando en reserva;

• Interesantes posibilidades de personalización: si ya de serie viene completa, el catálogo de accesorios de KTM Power Parts es amplio en elementos de seguridad, protección, y de estética, con lo que la 790 puede mejorarse en esos aspectos más, si cabe;

• Carácter estético: la 790 no pasa desapercibida, con una estética particular que puede gustar o no gustar, pero nunca deja indiferente;

• Es limitable para carnet A2: la 790 está disponible en versiones de potencia limitada como buena opción repleta de seguridad y diversión para tener una entrada triunfal en el mundo de la moto.

Si hay que ponerle pegas a esta Duke, las suspensiones son, sin duda, el punto donde debe trabajarse especialmente en esta moto, particularmente en la horquilla delantera. En tramos donde subí el ritmo, la moto flaneaba, y el tren delantero no transmitía información; era como si flotara. Probando entrar en curvas dando gas, en lugar de hacerlo dejando correr la moto en vacío, la cosa se suavizó un poco, pero pide un ajuste de hidráulicos, así como una regulación de la altura de trabajo de la suspensión (precarga del muelle) para mitigar los efectos de la transferencia de pesos en la horquilla y del excesivo hundimiento que tiene en según qué circunstancias. Tampoco me gustó el tacto de «desconexión» del acelerador en algún punto de su recorrido al dejar gas, que daba la sensación como si la moto se parara, lo cual probablemente se deba a un desajuste puntual de la unidad, al igual que los neumáticos Maxxis Supermaxx que montaba, de carcasa algo dura. Y ya menos importante, el reducido tamaño del texto «periférico» del tablero, es decir, la hora, la temperatura, la autonomía, etc. me resultó difícil de leer en marcha.

Al final, me quedo con la grata sensación de haber probado una moto muy divertida, ágil, y especialmente amable con el piloto que, sólo con una actualización de sus suspensiones, puede dar mucha guerra. A mis diez razones me remito.

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Sergi S.

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