David Kay, con la autorización del hijo de Enzo Ferrari, Piero, realizó la que se conoce como la única moto que puede lucir orgullosa el “cavallino rampante” en el lateral del depósito. Construida a principios de los años 90, montaba un motor artesanal de 4 cilindros, culata de 16 válvulas DOHC y una potencia máxima de 105 cv a 8800 vueltas.
En la parte ciclo equipaba lo mejor que había en aquella época: chasis Trellis de acero, carenado de aluminio, horquilla invertida, amortiguadores WPS, frenos Brembo, llantas Astrallite, instrumentación mixta analógica/digital. En la báscula arrojaba un peso de tan sólo 172 kilos. Puede ser más o menos bonita según los cánones de hoy en día, pero no deja de ser una moto histórica.
Con la autorización oficial de Piero, la moto llevó 3000 horas construirla y fue acabada en 1995. Con un motor construido a mano de 900 cc, cuatro cilindros, distribución DOHC que produce 105 CV a 8800 rpm. Más que suficientes para poner la moto de 172 kg a una velocidad máxima de 265 Km/h.
Además la moto incluye un chasis multi tubular de acero, carenado de aluminio, escape artesanal, panel de instrumentos digital, horquilla invertida, discos Brembo, ruedas Astrallite de 17 pulgadas y dos amortiguadores traseros WPS. Todo esto no parece muy allá, pero hay que recordar que la moto se diseñó a principios de los noventa y en ese momento la tecnología punta no tenía más recorrido.
David empleó casi toda su carrera en la producción de esta moto que se subastó a un precio de salida de 300000 euros ¿Quieres una moto exclusiva? pues a rascarse el bolsillo, el que pueda, claro.
La apasionante historia de la única moto Ferrari construida, que tiene en su ADN la deportividad y exclusividad de la legendaria firma italiana, aunque no la fabricaron en Maranello.
Todo partió del homenaje que Dave Kay, un afamado diseñador de MV Agusta, quería tributar a Enzo Ferrari, fallecido en 1988. Dos años más tarde se puso en contacto con su hijo Piero para que le permitiera construir una ‘dos ruedas’ en recuerdo de Il Commentadore. Sorprendentemente obtuvo el aprobado para la consecución del proyecto. Entonces Dave, se puso manos a la obra, y, básicamente como quería que fuera una moto Ferrari. En 1995, tras más de cuatro años y 3.000 horas de trabajo artesanal, terminó su obra de arte. Como es natural, el diseño es un constante guiño a los deportivos italianos.
Desde el color ‘rosso’ hasta las branquias laterales de su carenado en recuerdo del Testarossa, el chasis tubular (Reynolds 531), la carrocería de aluminio, los discos de freno Brembo y unas llantas de 17 pulgadas Astralite, evocan a los coches transalpinos. En cuanto a la mecánica, y a pesar de portar el famoso escudo, el motor no es tan potente como cabría esperar. Equipada con un cuatro cilindros, la moto Ferrari alcanza una velocidad punta de unos 265 km/h y se pone de 0 a 100 km/h en tres segundos. Bueno, no está mal para los 170 kg que pesa.
Hay que decir que no está considerada una máquina oficial de Ferrari, pero es lo más parecido a dicho concepto. No en vano su chasis luce el código SF-01M, algo que no te encontrarás en ningún otro vehículo de este tipo.
Los escapes adoptan la forma de “doble megáfono” y están realizados, en su cubierta exterior, en aluminio. En palabras de su creador, son demasiado hermosos para que solamente sirvan para canalizar los gases de escape del motor hacia la atmósfera, ya que el ruido que producen “es como el de un Messerschmitt persiguiendo a un Spitfire”.
El chasis tubular está realizado en tubo de acero Reynolds 531, lo que garantiza la necesaria rigidez así como un contenido peso. Los acabados del mismo son realmente magníficos, con un apreciable cuidado por el detalle, que también sale a relucir en elementos tales como el cuadro de mandos digital o en un inusual (para la época) amortiguador de dirección.
En la parte delantera dispone de una horquilla invertida de la marca Forcella Italia, totalmente regulable, mientras que en la parte trasera la suspensión estaba encomendada a dos amortiguadores de la marca WP Suspensión. Los frenos de disco son también de la marca transalpina Brembo, con dos discos mordidos por pinzas de seis pistones en el eje delantero y cuatro en el disco trasero. Las llantas de 17 pulgadas de diámetro estaban realizadas a mano por la prestigiosa firma Astralite.
By MAYAM