La normativa Euro7, sufre un nuevo retraso en su calendario de aplicación, que afecta de manera especial a los programas de electrificación de los fabricantes. La normativa sigue en estudio para definir, las partículas de neumáticos y frenos y cómo será la homologación para los constructores.
La Euro 7, será la nueva norma que regulara los estándares de emisiones en la Unión Europea, pero un nuevo informe, y la falta de información, tiene a los fabricantes y su programas en fase de espera, por no saber a qué atenerse.
Los motores térmicos, cuya prohibición de nuevas ventas prevista para 2035 no es la mayor amenaza, o al menos no la más inminente. Unos diez años antes de esa fecha límite deberán cumplir la nueva Euro 7 anticontaminación. Sin embargo, su aprobación y su posterior entrada en vigor no dejan de retrasarse. De momento, nadie sabe con precisión cuál será su contenido, aunque una cosa sí es segura: los umbrales a respectar serán mucho más bajos que los que marca el estándar actual Euro 6d.
Con el panorama actual de homologaciones, la Euro 7 suena a algo así como el final del diesel, lo que no significa que la gasolina vaya a tener una vida más fácil. En su caso, la mayor dificultad radica en el arranque en frío que requerirá un sistema de calefacción para reducir las emisiones.
La Comisión Europea no adoptó este nuevo estándar en el cuarto trimestre de 2021, tal y como estaba previsto inicialmente. Un primer aplazamiento la retrasó hasta el 20 de julio de 2022 tras encargar un estudio previo como base informativa para futuras evaluaciones, con el objetivo de establecer unos límites de emisiones más estrictos y a la vez no perjudicar a la industria.
Pero tras este aplazamiento, el discurso de los fabricantes de automóviles ya no es el mismo. La asociación también pide a la Comisión que tenga en cuenta las enormes inversiones en electrificación que ya ha realizado la industria del automóvil para intentar alcanzar la neutralidad en carbono para 2050. La idea de incluir partículas de freno en esta norma, que podría convertirse, junto con las de los neumáticos, en la principal fuente de contaminación de los automóviles para 2035 según un informe de la OCDE, no convence a la ACEA. En este sentido sugiere que “una regulación separada sería una forma mucho mejor”, aunque no es ella quien tendrá la última palabra sobre este expediente.
Fuente: hibridosyelectricos
By MAYAM