Cuando podemos cumplir nuestro sueño e ilusión de tener moto, nos asaltan multitud de preguntas y detalles, pero muchas veces los pasamos por alto, porque no parecen normales y muchos no lo son.
Cuando obtenemos el carnet de moto lo siguiente a decidir es qué moto te compras, cuando ya la tienes lo primero es salir a rodar con ella, pero claro, obtener el carnet, no te enseña a pilotar moto, tan solo obtenerlo y por supuestos estas más verde que la lima.
Lo primero que te asaltan son las dudas ¿sabré llevarla? ¿tendré miedo? ¿me veré capaz de moverme en el trafico o la carretera? todos y digo todos, hemos pasado por esas dudas y preguntas y el que diga que no ha sido así, miente como un bellaco.

Para aprender y obtener confianza, lo primero es rodar y hacer kilómetros, pero aún más importante, es apuntarse a un curso de pilotaje por carretera y ciudad, a fin de eliminar vicios y miedos u sobre todo ganar seguridad y confianza.
Pero hoy voy a mostrar una serie de acciones que todos, absolutamente todos, debemos tener claras y cumplirlas, nos va la vida o algo peor. No se debe creer todo lo que nos expliquen otros moteros, debemos aprenderlo nosotros y valorarlo también nosotros, aprender, ya he dicho cursos y otra opción es seguir una rueda que nos explique cómo y porque, se hace esto o aquello, pero cuidado, esa rueda debe ser de calidad, ya que seguir a cenutrios con el ego más grande que la luna, tan solo no acarreara disgustos y no aprenderemos nada de nada.
Básico para todos y debería ser obligatorio, equípate siempre aunque no salgas de ruta, en dos metros te puedes hacer polvo físicamente.
Somos conscientes que no es lógico ponerse un mono de cuero cuando cogemos la moto para ir a comprar, pero, aunque sean trayectos cortos, es obligatorio ir bien equipado. Es imprescindible el uso de un buen casco homologado, una chaqueta con sus correspondientes protecciones y los guantes; pero es aconsejable proteger también la parte inferior con unos pantalones de cordura o kevlar y unas botas o botines especiales para moto (verano o invierno). Y esto es porque cualquier caída, por tonta que sea, puede causarnos graves consecuencias.
El casco
La elección del casco es siempre la más importante después de elegir la moto que quieres. Independientemente del tipo de casco que elijas, tienes que asegurarte de que está homologado y que va a ofrecerte toda la seguridad posible en caso de caída. Para ello es muy importante que te fijes en el material de la calota y, si tu previsión inicial es tenerlo durante muchos años, te decantes por cascos de fibra o tricompuestos ya que el policarbonato se puede degradar con el uso (nada recomendable). Así también, es muy importante que el casco sea cómodo y no te haga daño, inicialmente debe ir justa en la zona de la cara, pensar que con el uso, las almuadillas ceden y nos bailará en la cabeza, por lo que la talla nos debe ajustar lo más posible, en pocos usos lo tendremos adaptado a nuestra fisonomía. Tienes que asegurarte de que es de tu talla, que al ponértelo no se te mueva y que, a la vez, no te haga daño. Es muy recomendable que lo tengas puesto varios minutos para cerciorarte de que no te presiona en ninguna parte de la cabeza. Si te hace daño, no es tu talla; y si al cambiar de talla sigue sin adaptarse bien, no es tu marca. Pruébate todos los cascos que necesites hasta encontrar el modelo ideal para ti. Y un detalle final: el casco siempre abrochado, que a veces se olvida.

Una braga en el cuello haga el tiempo que haga, los típicos buff, son muy útiles
La braga es un elemento indispensable en invierno ya que nos mantiene el cuello caliente durante las rutas pero, además, nos protege de las picaduras de los miles de insectos con los que nos cruzamos en una ruta. Por este motivo, si cuando sales llevas el cuello al descubierto (como sucede con un mono de cuero) es recomendable llevar siempre una braga o similar y, si hace muchísimo calor, llevarla humedecida o mojada producirá una sensación de frío que ayudará a combatir las altas temperaturas.
Pilotar nuestra moto, debe ser un acto relajado, o sea que los brazos no deben estar rígidos o tensos
Es normal que las primeras veces que subes a la moto vayas muy tenso, es una sensación nueva para ti y hasta que no eres consciente de que eres tú el que domina la moto y no al revés, no te relajas. Por ese motivo, cuando somos principiantes tendemos a sujetar firmemente el manillar y esto es un error por varios motivos: Cuando agarramos con fuerza la moto, todas las vibraciones que se producen durante el pilotaje se transmiten a nuestro cuerpo por los brazos, por lo que nos sentiremos cansados mucho antes y terminaremos con las manos, los brazos, los hombros y la espalda doloridos. Esta tensión también repercute en el pilotaje ya que esas mismas vibraciones las volvemos a transmitir a la moto impidiendo un uso completamente seguro. Lo ideal es pilotar con los brazos relajados, con las manos ligeramente apoyadas en el manillar y sujetándonos a la moto con el cuerpo y las piernas, lo que nos asegurará un pilotaje más suave y seguro.
Este es un tema de discusión, la utilización del freno trasero
La frenada de una moto es un arte que pocos dominan a la perfección pero para acercaros un poco a ella es recomendable, a la hora de frenar, accionar primero el freno trasero e inmediatamente después el delantero. Si frenas solo con el freno delantero todo el peso de la moto se desplazará a la rueda delantera por lo que la trasera no tendrá superficie de contacto suficiente con el suelo como para asegurar una frenada satisfactoria. Sin embargo, al accionar primero el freno trasero, el peso de la moto se desplazará a la rueda trasera asegurándonos una tracción correcta que, junto con la acción del freno delantero, equilibrará el peso de la moto a ambas ruedas y nos asegurará una frenada eficiente, además al frenar primero atrás y automáticamente delante, estabilizamos la moto. El freno trasero también tiene otras funciones, como si entramos en una curva un poco pasados y vemos que es un exceso, el freno trasero, se puede accionar de forma suave y conseguiremos disminuir la velocidad, mantener la inclinación y posiblemente el paso de curva sin sobresaltos.

¿Frenar en curva? Solo si es estrictamente necesario, hoy día las motos modernas y equipadas con electrónica, tienen sistemas de frenado en curva que son muy efectivos
A la hora de llegar a una curva hay que adaptar la velocidad de la moto, frenando si es necesario, antes de entrar en ella para después ir acelerando progresivamente a la salida. Como siempre les digo a mis alumn@s “al llegar a una curva debemos tener todos los deberes hechos, de lo contrario se te acumula el trabajo y no sabes cómo acabaras”.
Pero si durante el proceso debes frenar porque vas a una velocidad excesiva o porque has tenido cualquier otro problema, acciona suavemente el freno trasero. Esto te ayudará a corregir la trayectoria y salir de la curva airoso. Si frenas con el delantero, la moto dejará de inclinarse y se irá recta, por lo que lo más seguro es que te salgas de la curva. Por este motivo, el uso del freno delantero en curva está totalmente prohibido en las motos más antiguas, si, en las modernas equipadas, no es necesario.
Una máxima de todo motero, es mira hacia donde quieres ir, no hacia aquello que quieres evitar. Os suena el dicho “donde miras, vas”, pues no puede ser más cierto.
La gestión de la mirada es un punto muy importante a la hora de pilotar una moto. El lugar hacia el que diriges tu mirada es el punto exacto al que va a ir tu moto. Por este motivo, al entrar en una curva debes mirar directamente hacia el final de la misma. Y si te encuentras algo que quieres evitar, mira hacia la escapatoria, nunca hacia ese elemento porque de ser así, en vez de esquivarlo, irás directo hacia él.
Por suerte o por desgracia no vamos solos en la carretera, por este motivo hay que tener mucho cuidado con el resto de vehículos que nos podemos encontrar en la vía por la que transitamos. Por este motivo siempre es recomendable que, tanto en movimiento como durante las paradas en un atasco, nos situemos en un punto en el cual podamos ver al conductor del otro vehículo por su propio retrovisor. Si podemos verle a él, nos aseguraremos de que nosotros estaremos siendo vistos y esto nos evitará muchos problemas. Para ello también es recomendable vestir prendas con colores vivos y reflectantes, esto último sobre todo si vamos a pilotar por la noche.

Un tema crucial, es que las carreteras están llenas de trampas (tierra, piedras, liquidos, animales, baches, otros usuarios, etc…) siempre nuestra atención al 120×100
Cuando rodamos siempre esperamos encontrar una carretera limpia y bien asfaltada pero no siempre es así, casi nunca es así. Tenemos que estar bien atentos a cualquier elemento que pueda dificultarnos el pilotaje, por lo que es recomendable evitar tanto las marcas viales pintadas en el suelo, como por ejemplo, un paso de cebra, como las manchas visibles que pueda haber en la vía porque no sabemos si es agua, aceite o cualquier otro líquido que pueda disminuir la tracción o hacer que lleguemos a tener una caída. También hay que tener mucho cuidado con esas líneas negras y serpenteantes que encontramos en la carretera, que no es otra cosa que un sello para arreglar grietas sin tener que asfaltarlo todo. Este tipo de líneas son muy resbaladizas y según el nivel de inclinación de la moto podremos, incluso, caernos.
Ve a tu propio ritmo y ten mucha cabeza y sobre todo fría
La velocidad es algo que a todos nos apasiona pero hay que ser conscientes de que la carretera no es un circuito y que además, cuando estás empezando, todas las sensaciones son nuevas y el dominio con la moto es casi inexistente. Por esto, y más aún cuando todavía eres un principiante, no debes entrar en piques tontos ni intentar ser el más rápido de tu grupo. La moto es para disfrutar y cada uno tiene un ritmo distinto. Es recomendable realizar cursos de conducción para conocer tus propios límites y los de tu moto. No des más del 70% de lo que puedes dar encima de una moto y podrás salvar cualquier imprevisto con el que te puedas encontrar. Si vas al 100% no tendrás capacidad de reacción.
Cuando nos sentamos en el asiento de nuestra moto, debemos poner todos nuestros sentidos al 100×100, al empezar a rodar y sobre todo en la ciudad, el resto de vehículos son un peligro latente y en cualquier momento nos sorprenderán, nunca demos por hecho cosas o movimientos, el resto de usuarios, están en su mundo y mayoritariamente no están atentos a lo que les rodea.
Rodar en ciudad requiere, habilidad y mucho temple, pero sobre todo mucha paciencia, por ganar un minuto al reloj, algunos están en el campo santo, no les hagamos compañía.
Rodar en carretera es uno de los mayores placeres para un motero, moverse en libertad junto a su querida moto, no tiene igual, el placer de pilotar, el aire, los olores, la libertad personal y muchas cosas más…

Pero como decía anteriormente, siempre equipados, es mejor pasar calor en verano, que acabar en el hospital o peor, siempre debemos pilotar a la defensiva y toda la atención puesta en nuestro entorno, la moto tiene un pilotaje activo, ya que intervienen muchos factores físicos y dinámicos por lo que ya de por si estamos atentos o estamos muertos.
Siempre cabeza fría y atentos a todo lo que se mueve y a lo que está a nuestro alrededor. Cuando pilotamos, siempre relajados e intentando no agarrotarnos, la suavidad en el uso de la moto, será primordial.
Una cuestión a la que no se le da la importancia que tiene, son las sensaciones que nos transmite nuestra moto y que nuestro subconsciente recibe y archiva, por lo que ya realizaremos ese movimiento de forma automática y no tendremos que pensar en cómo y cuando lo debes realizar, pensar que lo aprendido ya lo realizamos de forma autónoma, ante esto dediquémonos a pilotar y disfrutar con seguridad, y, como decía, las cosas las debemos analizar porque las hacemos y para que, o si hacéis cursos lo aprendido lo debéis razonar para tener claro el porqué y él cuando.
Bey MAYAM