Diversión en estado puro
Esta Triumph Tiger Sport 660 es la moto perfecta para divertirnos y puedo decir que es una moto con la que puedes jugar, siempre esta dispuesta a ello.
Con su motor tricilíndrico, que es el mismo que equipa la Trident, ambas motos son adictivas y divertidas de pilotar, la marca con esta moto ha acertado de pleno, su motor lo podemos definir, como un motor potente, con unos buenos bajos y lo mejor de un bi y de un tetra, se unen en este tricilindrico. Con un diseño bonito, es cómoda y con la entrega de un pilotaje divertido, no lo siguiente.
¿Cómo es la Triumph Tiger Sport 660?
Esta moto se conforma con un motor que entrega unos 81 cv, y, la marca manifiesta un peso de 206 kg, cifras un tanto modestas, pero al igual que su hermana de motor la Trident, son unas verdaderas mata gigantes, lobos con piel de cordero.
La parte ciclo y la carrocería son diferentes a su hermana, al igual que la posición de pilotaje, obtienes una buena protección aerodinámica, esta moto manifiesta una gran agilidad con buen tacto de la parte ciclo, esto te lleva a un pilotaje divertido y no digamos en una carretera de curvas, las empalmas a velocidades que no podemos manifestar.
El chasis perimetral en acero con basculante del mismo material de forma de banana por el lado derecho y recto por el izquierdo. La suspensión trasera con un amortiguador anclado directamente al basculante, el citado amortiguador tiene reglaje de precarga en un pomo en el lateral de la moto y es de la marca Showa, la horquilla invertida, con barras de 41 mm, también Showa.
Monta unos frenos Nissin, en la parte delantera dos discos de 310 mm, con pinzas estándar y maneta regulable y detrás un solo disco, monta llantas de aleación de 17″ en los dos ejes rodantes, equipada con un manillar ancho y suspensiones de recorrido largo de 150 mm.
La electrónica con acelerador electrónico, con mapas de motor, Road y Rain, con su cilindrada de 660 cc y sus 81 cv a 10250 rpm y 64 Nm a 6250 rpm de par, caja de cambios de seis velocidades, con embrague antirrebote., con el ABS estándar, control de tracción desconectable., con una pantalla TFT, bastante intuitiva de uso.
En el resto del equipamiento hay que mencionar un nuevo depósito de 17 litros que amplía su autonomía sobre la naked, los anclajes de maletas de serie, la iluminación completa de LED y una cúpula regulable en altura, de forma manual y sencilla, simplemente tirando o empujando del asa que va montada detrás de ella.
Dinámica
Con una nueva posición de pilotaje, con un manillar más ancho, consigue ese equilibrio mejorado entre agilidad y diversión en curvas, con buena estabilidad y comodidad en tramos rectos. Y eso que ha engordado con respecto a su hermana la Trident: 17 kilos de diferencia sobre la Trident en orden de marcha.
Lo primero que llama la atención de esta nueva Triumph Tiger Sport 660 es su apariencia. La Triumph Trident 660 de la que hereda motor y básicamente estructura de chasis es una moto muy diferente. No voy a valorar si es más o menos bonita; ya sabéis, para gustos… La naked es muy personal, con esa zaga cortada y la mezcla de líneas con detalles retro en una moto de aire general moderno. La nueva Tiger muestra una apariencia de trail asfáltica, sin disimular en absoluto sus inclinaciones sport..
No es excesivamente alta ni se hace pesada. Tampoco es una moto pequeña y exhibe cuerpo suficiente para pasar por una moto grande. Tienes el asiento a 835 mm de altura, una cifra importante para el que mide, como yo, 1.65 m. Y pesa 206 kg en orden de marcha, estando muy bien colocados. Llego más o menos bien al suelo con un pie, se levanta de la pata sin excesivo esfuerzo gracias a la buena palanca del manillar y ya estás en disposición de salir. No hay caballete central, ni siquiera en opción. Para arrancar necesitas, por seguridad, tener cogido el embrague y cuando ya está en marcha emite un sonido agradable con tono ronco y potente, sin ruidos mecánicos, a medio camino entre un dos y un cuatro cilindros.
El embrague es suave y la posición de conducción cómoda, con las manos algo abiertas, en un manillar que da sensación de buen control. La cúpula delantera es regulable por el simple (y buen) método de tirar del asa que lleva por dentro. Sales a la autovía y la moto resulta cómoda a cualquier velocidad. Hay buena protección aerodinámica, entre otras cosas, porque con mi altura, un asiento metido bastante abajo más lo que sube la cúpula, quedas bien protegido.
Cómo va la Triumph Tiger Sport 660
Llega el momento de subirse a ella. No es excesivamente alta ni se hace pesada. Tampoco es una moto pequeña y exhibe cuerpo suficiente para pasar por una moto grande. Tienes el asiento a 835 mm de altura, una cifra importante para el que mide, como yo, 1,69 m. Y pesa 206 kg en orden de marcha, estando muy bien colocados. Llego más o menos bien al suelo con un pie, se levanta de la pata de cabra sin excesivo esfuerzo gracias a la buena palanca del manillar y ya estás en disposición de salir. No hay caballete central, ni siquiera en opción. Para arrancar necesitas, por seguridad, tener cogido el embrague y cuando ya está en marcha emite un sonido agradable con tono ronco y potente, sin ruidos mecánicos, a medio camino entre un dos y un cuatro cilindros.
El embrague es suave y la posición de pilotaje cómoda, con las brazos algo abiertos, en un manillar que da sensación de buen control. La cúpula delantera es regulable por el simple (y buen) método de tirar del asa que lleva por dentro. Sales a la autovía y la moto resulta cómoda a cualquier velocidad. Hay buena protección aerodinámica, entre otras cosas, porque con mi altura, un asiento metido bastante abajo más lo que sube la cúpula, quedas bien protegido.
Es muy estable y noble tanto en rectas como en curvas rápidas, con buena precisión de dirección. El motor es superior al de sus rivales: los bicilíndricos actuales están muy bien, pero este tricilindrico te da, sin irte a potencias muy superiores, ese tacto similar a los motores de 4 cilindros, es agradable, y muy lleno de respuesta. Es capaz de rodar casi al límite de su cuentavueltas sin apreciar esfuerzo y eso permite que cuando tienes que estirarlo lo hagas sin que se caiga la sonrisa de debajo del casco, porque no hay una sola mala respuesta, vibración o molestia.
Buen tacto de frenos, con buena potencia de frenado. No tiene ese tacto seco de las pinzas radiales pero tampoco es esponjoso; está bien conseguido. También se ha conseguido buen compromiso con las suspensiones. Son más duras que en una trail normal, pero no tanto como en una deportiva. Cuando te metes en las curvas (el sitio de diversión de la Tiger Sport) aprovechas al máximo esas características, porque te deja frenar fuerte y un poco más tarde. Tumba a placer, abres gas con confianza (lleva un control de tracción muy bien regulado) y sales a tope hasta la siguiente curva. Lástima de ausencia de “quickshifter”, porque con él montado (es posible en opción) esto sería una juerga.
Los neumáticos Michelin Road 5, un chasis bien hecho y esa posición de pilotaje es clave para tanta confianza. En este sentido cabe destacar el trabajo realizado en Hinckley con el bastidor. Algunas de las carreteras en las que rodé con su hermana naked eran las mismas que con esta, en condiciones muy similares. Recuerdo que con la Trident me gustó la precisión del tren delantero y su velocidad cambiando de dirección. Su agilidad, en suma. Con esta sientes lo mismo, solo que cuando vuelves a la autovía es mucho más cómoda. Y sí, es más pesada, aunque no se nota en absoluto. Esta tiene menor lanzamiento y avance, con suspensiones más largas. Una cosa compensa la otra y al final el resultado es un comportamiento que no tiene nada que envidiar a la Trident.
En la ciudad es más grande (obvio) que la naked. Pero no tanto como para que esto suponga un problema. Es una moto cómoda en cualquier caso y gira bastante. Es muy correcta también para ese uso diario. Con la posibilidad de montar maletas laterales (viene con los soportes de serie) o un baúl puedes plantearte varias opciones para llevar cosas encima. Y también grandes viajes.
LO MEJOR
- Divertida en carretera
- Equipamiento
- Prestaciones
MEJORARÍA
- Falta caballete central
Tipo de pilotaje que requiere la moto:
Las trail son grandes motos, resultan una gran idea. Pero motos como esta dejan bien claro que cierto grado de especialización es todavía mejor. De haber hecho una Tiger 660 «no Sport», por ejemplo, con llanta de 19″, suspensiones algo más sueltas, neumáticos mixtos, capacidad para ir de pie y demás, seguramente no estaríamos hablando de una moto tan divertida como sí es en forma de Triumph Tiger Sport 660. Ni siquiera esa supuesta polivalencia de darte la posibilidad de tomar algún camino justificaría, en mi opinión, renunciar a este comportamiento.
Es divertida y eficaz en la carretera, con un nivel de potencia suficiente para cualquiera, sin asustar nunca. No resulta difícil salir de curvas muy inclinado viendo el control de tracción actuar, llevando los Michelin sobre buen asfalto eso significa que vas confiado y «dándole» de verdad. Pero además es una moto cómoda, tanto en un viaje como en la ciudad, con uno o dos ocupantes, ya que quien va atrás tiene sitio suficiente. El equipamiento está muy bien, con una pantalla TFT y sus opciones de configuración que son atractivos y fáciles de manejar. A ello sumas un control de tracción desconectable eficaz y puedes equiparla aún más a base de opciones, aunque se han olvidado de un caballete central.
By MAYAM