OSSA (acrónimo de Orpheo Sincronic Sociedad Anónima) es una de las marcas más emblemáticas y fascinantes de la historia del motociclismo español.
Su trayectoria, marcada por la innovación técnica, el éxito deportivo y una inoportuna desaparición, la convierte en un mito que rivalizó con gigantes como Montesa y Bultaco.
El símbolo del trébol de cuatro hojas, adoptado por la marca, representó la esperanza y la buena fortuna que, lamentablemente, no siempre le acompañaron a lo largo de su historia.
Los inicios y la era del transporte (1928-1960)
Aunque la fabricación de motos comenzó oficialmente en 1949, el origen de OSSA se remonta a 1928 como una empresa dedicada a la fabricación de proyectores de cine de 35 mm.
La familia Giró, fundadora de la empresa en Barcelona, decidió diversificar el negocio ante la necesidad de motorizar la España de posguerra.
Primeros modelos: El primer modelo de serie fue la OSSA 125 A (1951). Equipada con un sencillo y robusto motor de dos tiempos (2T) de 25 cc, sentó las bases de la producción de la marca, enfocada principalmente en el transporte utilitario y económico.
Innovación temprana: A diferencia de muchos competidores que utilizaban motores extranjeros, OSSA desarrolló su propia ingeniería. En la década de 1960, la llegada del ingeniero Sandro Colombo (ex-Gilera) supuso una revolución, creando el motor de 160 cc que se convertiría en la base de casi toda la futura gama de la marca.
La edad de oro y la época de la competición (1960-1975)
Con el auge del automóvil (la llegada del Seat 600), OSSA pivotó estratégicamente hacia las motos deportivas y de campo, buscando la exportación, principalmente a Estados Unidos. Esta decisión marcó su época más gloriosa.
OSSA en velocidad: El Mito de Santi Herrero. El nombre de OSSA está indisolublemente ligado a Santiago Herrero y la monocasco de 250 cc en el Campeonato Mundial de Motociclismo.
La monocasco: Diseñada por Eduardo Giró (hijo del fundador), la OSSA de 250 cc para velocidad era una obra de arte de la ingeniería. Contaba con un chasis monocasco de chapa de magnesio (o acero) que integraba el depósito de combustible y aceite. Esta solución era extremadamente ligera y rígida, adelantándose a su tiempo.
Éxito y tragedia: En 1969, Santi Herrero compitió por el campeonato mundial de 250 cc contra las poderosas Yamahas de cuatro cilindros, logrando 3 victorias y terminando tercero en el campeonato. Sin embargo, la fatalidad se cebó en el equipo: en 1970, Santi Herrero sufrió un accidente mortal en el Tourist Trophy de la Isla de Man. La pérdida fue un golpe tan duro que OSSA se retiró de las competiciones de velocidad de forma inmediata y definitiva.
OSSA en Off-Road: El Reinado del Trial. Tras la tragedia de velocidad, OSSA se volcó en el motociclismo de campo, donde cosechó sus mayores éxitos y reconocimiento internacional:
Trial (La MAR): La OSSA MAR (Mick Andrews Replica), lanzada a principios de los 70, fue un icono. Desarrollada junto al campeón británico Mick Andrews, esta moto de 250 cc destacó por su ligereza y manejabilidad. Andrews ganó el Campeonato de Europa de Trial en 1971 y 1972 con este modelo.
Enduro y Motocross: Modelos como la OSSA Phantom (Motocross) y la OSSA Enduro se hicieron populares por su excelente relación potencia-peso y su fiabilidad en el duro mercado estadounidense.
Modelos Icónicos de carretera OSSA 160 GT: Un modelo popular de carretera que marcó la transición a motores más grandes y potentes.
OSSA Yankee 500: Un ambicioso proyecto nacido de una colaboración fallida con la empresa estadounidense Yankee. La OSSA se quedó con el motor bicilíndrico de 500 cc y lanzó la Yankee 500 en 1976. Con 60 cv, fue una de las motos de carretera más rápidas de la época en el mercado español.
El declive y la desaparición (1975-1984)
La crisis de las marcas españolas de motocicletas fue multifactorial:
Apertura del mercado: La desaparición de las barreras proteccionistas permitió la entrada masiva de motos japonesas (Honda, Yamaha), que ofrecían motores de cuatro tiempos (4T) con mayor fiabilidad y una red de concesionarios global, a precios muy competitivos. Las marcas españolas, centradas en el 2T, no pudieron competir.
Problemas laborales y económicos: La transición democrática en España (post-Franco) vino acompañada de una fuerte agitación laboral y aumento de costes, afectando la producción y rentabilidad de OSSA.
Proyectos problemáticos: Modelos complejos como la Yankee 500 generaron problemas de servicio y reputación debido a la falta de preparación de los concesionarios para reparar sus sofisticados motores bicilíndricos.
Cierre: Tras suspensiones de pagos e intentos fallidos de fusión (incluyendo uno con Bultaco), la familia Giró abandonó la empresa a finales de los 70. La compañía, convertida en una Sociedad Anónima Laboral (SAL) gestionada por los trabajadores, resistió hasta que la falta de liquidez obligó al cierre definitivo en 1984.
El renacimiento tecnológico y el fin (2008-2014)
En 2008, la marca OSSA resucitó de la mano de Joan Gurt y Jordi Cuxart, con un enfoque claro en el trial y una filosofía de innovación fiel al espíritu original.
OSSA TR 280i: Este fue el modelo del «nuevo trébol». Presentada en 2009, la TR 280i fue una moto de trial revolucionaria:
Inyección electrónica en 2T: Fue pionera en incorporar inyección electrónica en un motor de dos tiempos de trial, mejorando el rendimiento y la limpieza de emisiones.
Distribución de masas: El motor fue «girado», el depósito se colocó delante y el filtro de aire se ubicó en la parte superior, logrando una moto extremadamente ligera (67 kg) y con un centro de gravedad óptimo.
Desenlace: A pesar de la excelencia técnica de la TR 280i, el nicho de mercado era limitado. El renacimiento fue corto y finalizó en 2014 con un intento de fusión con la también catalana Gas Gas, que a su vez fue absorbida por el grupo KTM, marcando la segunda y última desaparición de OSSA.
Legado de OSSA
El legado de OSSA se basa en tres pilares:
Innovación radical: La marca no temía arriesgarse, como demuestran el chasis monocasco de velocidad, la sofisticada distribución de masas en la TR 280i, y la apuesta por la inyección en el 2T.
Éxito deportivo: Su palmarés incluye victorias en Grandes Premios de Velocidad (Santi Herrero) y campeonatos de Trial (Mick Andrews), elevando el prestigio del motociclismo español.
El Espíritu del Trébol: OSSA representó la pasión y el genio de una ingeniería local que compitió con éxito contra los gigantes mundiales, dejando un recuerdo imborrable en la memoria de los aficionados.
En resumen, OSSA no fue solo una marca; fue un símbolo de la pasión, el ingenio y la breve pero intensa época dorada de la industria motociclista española.
By MAYAM












