Cando la inglesa Isabella Bird se convirtió en la primera mujer admitida en la Real Sociedad Geográfica, fue todo un síntoma de la importancia que empezaban a tomar los viajes por el mundo para las mujeres. Isabella tenía problemas crónicos de columna que le provocaban jaquecas e insomnio, y no obstante castigaba su maltrecha espalda recorriendo a caballo las islas Sándwich y el salvaje Oeste americano.
Además, exploró los lugares más remotos de Japón, China y Malasia, incluso fue asaltada en su extravío por Persia y Kurdistán. Los ingleses, tan protocolarios y rectos de comportamiento, son precisamente los más expuestos a liberar todas sus emociones: “Los viajes le dan a uno el privilegio de hacer las cosas más impropias con total impunidad”, declaraba la viajera a un periodista de “The Times”.
El incansable medio de locomoción, el camello para el desierto y el excitante galope del caballo por la estepa, fueron enseguida sustituidos por una nueva armadura metálica, pero con dos ruedas. El primero en dar el paso comúnmente reconocido fue un hombre, el director cinematográfico Carl Steams Clancy. Lo atestiguan artículos periodísticos publicados entre 1912 y 1913, aunque su intención era culminar una gran guía de viajes en moto. Clancy se apoda “El vagabundo de la gasolina” y recorre todo el mundo, incluida España, a lomos de su Henderson V Twin, impecablemente vestido con traje, chaleco, corbata y como protección un casco de aviador.
Pronto aparecieron las primeras aventureras. En 1915 Avis y Hotchkiss Effie, madre e hija, se fueron en Harley Davidson desde Nueva York a San Francisco, 5000 millas pasando calamidades hasta el punto de tener que rellenar sus frágiles ruedas con jirones de ropa. Pocos años después, en 1921 una desconocida Lady Warren se decidió a viajar “sin un plan determinado y tan sólo con la curiosidad como meta” a través del desierto del Sahara. Pero fueron Theresa Wallach y a su amiga Florence Blenkiron quienes realizaron la hazaña de cruzar en moto el continente africano en 1935. Wallach fue piloto, motorista de enlace, ingeniera y aventurera, y como deportista ganó en 1939 la reputada Gold Medal en el circuito de Brooklands en Inglaterra.
Un viaje que muchos consideraron una locura entonces, toda una aventura que dejó escrita (y filmada) en The Rugged Road, uno de los grandes libros sobre viajes en moto (Con permiso de Ted Simon y su maravilloso “Los Viajes de Júpiter” del que ya he hablado en ocasiones), perfectos para leer antes de descansar y de soñar con viajar.
Otra mujer excepcional en los albores de la moto fue la norteamericana Bessie Stringfield. Mujer, de raza negra, y motorista, explosivo cóctel. Fundó el Iron Horse Motorcycle Club pero disfrazada de hombre. Realizó 8 viajes en moto alrededor del mundo en solitario y fue motorista de enlace en la Segunda Guerra Mundial. Viajó por 48 estados americanos durmiendo al raso o en casas de familias negras, esquivando injustas prohibiciones racistas. En 2000 la American Motorcycle Association creó un premio en memoria de esta extraordinaria mujer viajera.
Hay escritoras motoristas, como Melisa Holbrook Pyerson, autora del que es para muchos el mejor libro que reflexiona sobre aventuras en moto, “The Perfect Vehicle”. Motoristas casadas con escritores, como la catalana Zenobia Camprubí, fiel compañera de Juan Ramón Jiménez. Y periodistas motoristas como Alicia Sornosa, la primera motorista española en dar la vuelta al mundo en moto.
La palabra “Pionera”, del francés pionnier: “Persona que da los primeros pasos en alguna actividad humana”. Algo de lo que saben mucho Jenny Graham, Amelia Earhart, Jerrie Mock, Laura Dekker, Ffyona Campbell, Aloha Wanderwell, Nellie Bly y Elspeth Beard. Mujeres viajeras que hicieron lo que ninguna otra mujer había hecho antes: dar la vuelta al mundo, de un modo u otro, en busca de aventura.
Siempre hay alguien que hace algo antes que todos los demás, y entre ellas se encuentran la primera mujer que le dio la vuelta al mundo en avión, la primera que lo hizo en barco, la primera que lo hizo en tren, la primera que lo hizo en coche, la primera que lo hizo en moto, la primera que lo hizo en bici e incluso la primera que lo hizo a pie. Mujeres revolucionarias que tuvieron que enfrentarse a numerosas adversidades, además de abrirse paso en un mundo de hombres, cuyas vidas deben ser contadas para poder entender la historia de los viajes.
Amelia Earhart y su pasión por la aviación
La de Amelia Earhart es una historia de lucha, aviones y tragedia. Desde joven tuvo claro que se haría un hueco en el mundo de la aviación, un lugar entonces reservado para los hombres, y en 1928 fue la primera mujer que cruzó el Atlántico en avión. En 1937 emprendió su vuelta al mundo en avión y, tras un primer intento fallido, consiguió partir de Los Ángeles y pasar por Miami, Puerto Rico y Venezuela, para desde allí cruzar a África, Pakistán, India, Birmania, Tailandia, Singapur, Indonesia, Australia y Papua Nueva Guinea. Su comunicación se perdió cuando sobrevolaba las islas Nukumanu y nunca más se volvió a saber de ella. La película Amelia, de 2009, recoge su historia.
Jerrie Mock y el Spirit of Columbus
Geraldine “Jerrie” Fredritz Mock, de Estados Unidos, fue la primera mujer que le dio la vuelta al mundo en avión y en solitario. Un Cessna 180, de un solo motor y bautizado como Spirit of Columbus, fue su compañero de viaje durante 29 días, 21 escalas y 36.790 km. El viaje tuvo lugar entre marzo y abril de 1964 y, entre muchos otros países, pasó por Marruecos, Arabia Saudí y Vietnam, donde se disputaba una guerra, aunque “desde el cielo, todo parecía pacífico”. Su punto de salida y llegada fue la ciudad de Columbus, en Ohio, y con su proeza marcó para siempre la historia de la aviación.
Laura Dekker, en barco y en solitario
No hace mucho, entre 2010 y 2011, Laura Dekker se convirtió en la primera mujer de la historia en circunnavegar el mundo en solitario. Era menor de edad y eso hizo que su viaje estuviera lleno de controversia, pero zarpó desde Gibraltar el 21 de agosto de 2010 y pasó por Canarias, Cabo Verde, la Isla de San Martín y el Caribe antes de atravesar el Canal de Panamá y llegar al Pacífico. Una vez allí continuó hasta las Galápagos, las Marquesas, Tahití, Bora Bora, las Fiyi, Vanuatu y Australia. Desde allí cruzó el Índico hasta Sudáfrica y ya nada la frenó hasta que alcanzó la misma longitud que su punto de partida. Tardó 366 días y recorrió 27.000 millas náuticas, algo más de 50.000 km.
Nellie Bly, más rápida que Phileas Fogg
Hasta el mismísimo Julio Verne reconoció la proeza de Nellie Bly, periodista estadounidense, cuando en 1889 le dio la vuelta al mundo en 72 días. Su verdadero nombre era Elizabeth Jane Cochran y fue pionera en el periodismo encubierto y de investigación, y a finales del siglo XIX quiso demostrar la efectividad de los medios de transporte de la época cubriendo este viaje para su periódico. Comenzó su andadura en Nueva York, desde donde cruzó hasta Londres, para después continuar por París, Brindisi, el canal de Suez, Yemen, la antigua Ceilán (Sri Lanka), Malasia, Singapur, Hong Kong, Yokohama y San Francisco. Gran parte de su viaje fue en tren y tardó exactamente 72 días y seis horas.
Aloha Wanderwell y su Ford T
Aloha Wanderwell, nacida en 1906 en Winnipeg (Canadá), fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo en coche. El viaje duró cinco años, de 1922 a 1927, y lo completó en un Ford modelo T. Lo hizo junto a su compañero de viaje y marido Walter “Cap” Wanderwell, y durante cinco años compaginó las tareas de conducir, traducir y filmar en vídeo la aventura. Poco después, la primera mujer europea que dio la vuelta al mundo en coche fue Clärenore Stinnes, logro que alcanzó viajando entre 1927 y 1929 con un coche de la firma Adler.
Elspeth Beard, la vuelta al mundo en moto
Elspeth Beard, arquitecta, fue la primera mujer británica en darle la vuelta al mundo en moto. Lo hizo entre 1982 y 1984, y matizamos lo de británica porque antes que ella, en 1973, ya lo había hecho la francesa Anne-France Dautheville, de quien ya te hemos hablado con anterioridad. Comenzó en Nueva York con una BMW R60/6, desde donde partió para recorrer Estados Unidos, México y Canadá antes de viajar a Australia. De allí a Singapur y Tailandia para continuar por Pakistán y Turquía en su regreso a Europa. En total recorrió 56000 km en solitario.
Jenny Graham y su vuelta al mundo en bici
Jenny Graham, una ciclista escocesa especializada en rutas de fondo de muchos kilómetros, batió en 2018 el récord establecido en dar la vuelta al mundo sin apoyo al conseguir recorrer casi 29.000 km en solo 124 días, 10 horas y 50 minutos. Para ello tuvo que cargar con todo su equipo a través de 15 países: Alemania, Polonia, Letonia, Lituania, Rusia, Mongolia, China, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, EE. UU., Portugal, España, Francia y Holanda.
Ffyona Campbell y su vuelta al mundo a pie
La inglesa Ffyona Campbell es considerada la primera mujer que le ha dado la vuelta al mundo a pie. Tardó 11 años en recorrer 31.521 kilómetros y además recaudó 180.000 libras para una causa solidaria. Empezó por recorrer Inglaterra a los 16 años y el siguiente paso fue caminar de Nueva York a Los Ángeles. Después recorrió 5.200 km en Australia y seguidamente atravesó África desde Ciudad del Cabo hasta Tánger. En abril de 1994 comenzó la ruta europea desde Algeciras y atravesó España y Francia antes de llegar a Gran Bretaña. A lo largo del camino escribió varios libros, como Pies de barro o A pie por África.
COMENTARIO
Cierto es que en esta sociedad masculinizada, la mujer cada día a de luchar por su espacio en el mundo, pero las mujeres con su tesón y su lucha por sus derechos, siempre consigue hitos que a muchos sorprende y que son del todo naturales, porque al igual que los hombres, las mujeres son ciudadanas del mundo en igualdad de condiciones que los hombres, así debería ser, pero por desgracia queda mucho por educar y cambiar mentalidades de los miles de cenutrios que habitan este mundo.
By MAYAM