El ego es un motor psicológico que, en el ámbito del motociclismo, puede ser tanto una fuerza motivadora como un factor de riesgo mortal. No se trata de una característica exclusiva de los pilotos novatos; incluso los más experimentados pueden caer en su trampa. El ego, manifestado como un exceso de confianza, la necesidad de impresionar o la competitividad desmedida, tiene una influencia directa y a menudo negativa en el pilotaje, conllevando graves consecuencias.
¿En qué influyen los egos en el pilotaje de motos?
El ego afecta el pilotaje de una moto a nivel cognitivo, emocional y conductual.
Distorsión de la percepción del riesgo: El ego lleva a una peligrosa baja percepción del riesgo. El motero egocéntrico cree que sus habilidades son superiores a la media y, por lo tanto, las leyes de la física y la probabilidad no se aplican a él. Esta creencia infundada le hace subestimar peligros evidentes como el estado de la carretera, las condiciones climáticas o el comportamiento de otros conductores.
Exceso de confianza y maniobras arriesgadas: «A mí no me va a pasar nada» es la frase por excelencia del ego al manillar o al volante. Esta actitud se traduce en comportamientos temerarios, como adelantar en lugares no permitidos, circular a velocidades excesivas, realizar cambios de carril bruscos o no mantener una distancia de seguridad adecuada. El piloto deja de pilotar de manera defensiva y se vuelve agresivo, creyendo que puede sortear cualquier obstáculo.
Competitividad y presión de grupo: La dinámica de grupo es un terreno fértil para que el ego florezca. La necesidad de impresionar a los amigos o de no quedarse atrás en una ruta puede llevar a los moteros a superar sus propios límites. Se genera una competencia silenciosa o explícita para ver quién va más rápido o toma las curvas con mayor inclinación, lo que fomenta la toma de riesgos innecesarios.
Falta de respeto por la máquina y el entorno: El ego puede llevar a la creencia de que la moto es una extensión perfecta del piloto, ignorando que es una máquina con limitaciones. Se le exige más de lo que puede dar a los neumáticos, los frenos o la suspensión. Del mismo modo, el motero con ego muestra una falta de empatía con los demás usuarios de la vía, incluyendo peatones y conductores, considerando que el asfalto es su «territorio» exclusivo.
Consecuencias del Ego en el pilotaje de motos
Las consecuencias del ego en el pilotaje son previsibles y pueden ser catastróficas.
Aumento exponencial del riesgo de accidente: La principal y más grave consecuencia es el incremento del riesgo de sufrir un accidente. La velocidad excesiva, las maniobras arriesgadas y la baja percepción del peligro son los principales factores de riesgo en la mayoría de los siniestros de moto. Un motero que pilota con ego tiene muchas más probabilidades de verse involucrado en un choque.
Lesiones graves o fatales: A diferencia de los conductores de automóviles, los motociclistas carecen de una «jaula de seguridad». El ego puede llevar a subestimar esta vulnerabilidad, incluso a omitir el uso de equipamiento de protección completo (casco, guantes, chaqueta, etc…). En caso de accidente, las lesiones pueden ser mucho más graves, con un alto riesgo de fatalidad.
Daño emocional y psicológico: El estrés, la frustración y la agresividad son emociones que a menudo acompañan al ego en la carretera. Un motero egocéntrico reacciona de manera desproporcionada ante pequeños contratiempos, como un coche que no le cede el paso. Esta tensión mental no solo es agotadora, sino que también reduce la capacidad de reacción y la toma de decisiones seguras.
Estancamiento en el aprendizaje: Una de las consecuencias más sutiles del ego es que impide el crecimiento como piloto. Un motero que se cree «el mejor» no busca mejorar, no acepta consejos y no practica nuevas técnicas. En lugar de avanzar, se estanca en sus malos hábitos, lo que le hace más vulnerable a situaciones inesperadas.
COMENTARIO
El ego es un enemigo silencioso en la carretera que mina la seguridad desde dentro. La clave para un pilotaje seguro y placentero no reside en la velocidad o la espectacularidad, sino en la humildad, la conciencia de los límites y el respeto por el riesgo. Un motero experto no es aquel que no tiene miedo, sino aquel que ha aprendido a gestionar su ego y a usar la inteligencia, la anticipación y la técnica por encima de cualquier otra consideración.
Para entender mejor cómo el ego se manifiesta y por qué es tan peligroso, te recomendamos ver un video de YouTube sobre El Ego del Motociclista.
By MAYAM













