Montesa no es solo una marca, es un pilar fundamental en la historia del motociclismo español, sinónimo de competición, innovación y de una edad dorada de la industria nacional.
Desde sus humildes inicios en la posguerra hasta su actual liderazgo mundial en el trial de la mano de Honda, su trayectoria es la crónica de un mito.
Los orígenes y la época fundacional (1944-1958)
La historia de Montesa arranca en 1944 en Barcelona, de la mano de dos figuras clave: Pere Permanyer i Puigjaner (el empresario con visión) y Francisco Javier Bultó Marqués (el ingeniero y alma deportiva).
Su objetivo inicial era fabricar motores auxiliares para bicicletas, pero pronto decidieron crear motos completas.
El primer modelo: En 1945, se presenta el primer modelo: la Montesa A-45, una pequeña moto de 98 cc con motor de dos tiempos, diseñada para una España marcada por la escasez de la posguerra.
Consolidación y competición: La marca creció rápidamente, consolidándose con la serie Brío (a partir de 1953), que introdujo mejoras técnicas y fue el motor del primer gran éxito deportivo: en 1956, los hermanos Elizalde ganaron las prestigiosas 24 Horas Motociclistas de Montjuïc con una Brío modificada.
La ruptura de 1958: El hito más dramático de este periodo fue la divergencia de criterios entre los socios. Bultó, partidario de mantener la competición en un momento de crisis, se separó de Permanyer y, llevándose parte del equipo técnico, fundó Bultaco en 1959. Esta escisión daría lugar a una de las mayores y más épicas rivalidades deportivas y comerciales del motociclismo español.
La edad de oro y los modelos icónicos (1962-1979)
Tras la ruptura, Montesa se reinventó bajo el liderazgo de Permanyer y el talento del diseñador Leopoldo Milá. Esta fue la etapa más brillante en términos de diseño, producción y exportación.
La Impala: el nacimiento de un clásico de asfalto (1962)
La ‘Operación Impala’: Para demostrar la robustez de su nuevo motor de 175 cc, Montesa organizó la legendaria «Operación Impala» en 1962: tres unidades de pre-serie recorrieron más de 20.000 km por África, desde Ciudad del Cabo hasta Barcelona.
Legado: La Montesa Impala se lanzó al mercado ese mismo año. Con un diseño elegante y moderno, se convirtió en un icono urbano y deportivo, especialmente en Barcelona, y fue clave para el salto cualitativo de la marca.
La conquista del Off-Road: Cappra y Cota
A finales de los 60, Montesa se especializó en las categorías off-road (Motocross, Trial y Enduro), aprovechando el auge de estas disciplinas:
Motocross con la Cappra (1967): La Montesa Cappra (en cilindradas de 125 cc hasta 414 cc) se convirtió en un referente internacional en Motocross, logrando victorias y campeonatos en EE. UU. y Europa. Su estética racing y su motor potente la hicieron un éxito comercial.
El reinado en el Trial con la Cota (1968): La Montesa Cota 247 fue la moto que cimentó la leyenda de la marca en el Trial. Diseñada específicamente para esta disciplina, revolucionó el mercado y se convirtió en la moto de referencia. Nombres como Don Smith y Ulf Karlsson llevaron a la Cota a la cima de los campeonatos mundiales, inaugurando la tradición trialera que perdura hasta hoy.
La crisis y el acuerdo con Honda (1980-actualidad)
La crisis del petróleo a mediados de los 70, la inestabilidad económica y la irrupción de las marcas japonesas con productos más avanzados y precios competitivos golpearon duramente a la industria española.
Crisis y cese de producción: Montesa entró en una grave crisis económica y laboral a principios de los 80, llevando al cese de la fabricación en serie de sus modelos de carretera y off-road (salvo algunas Cota de Trial).
El rescate japonés (1986): En 1986, para garantizar su supervivencia, Montesa firmó un acuerdo de colaboración con la japonesa Honda Motor Company. La empresa se rebautizó como Montesa Honda, S.A., centrando su actividad en la producción de motos Honda (como la popular Scoopy) y, crucialmente, manteniendo la fabricación de los modelos Cota de Trial con tecnología japonesa.
El dominio del Trial: Bajo la alianza con Honda, Montesa ha vivido una segunda época dorada en la competición. Con modelos como la Cota 315R (la última 2 T de competición) y, desde 2005, la Cota 4RT (con motor 4 T de inyección, fabricada en su totalidad en la factoría de Montesa en Santa Perpètua de Mogoda), la marca ha alcanzado una hegemonía sin precedentes. Pilotos como Takahisa Fujinami y el imbatible Toni Bou han conquistado un palmarés espectacular de títulos mundiales, manteniendo el nombre de Montesa en la cúspide del motociclismo internacional.
Montesa, la «Superviviente» de las grandes marcas españolas, ha logrado que su nombre trascienda el tiempo, pasando de ser un pionero de la moto utilitaria a un campeón global en la disciplina más técnica, llevando la bandera de la excelencia española en el Trial a todo el mundo.
By MAYAM















