Con la ley en la mano, si tienes el carnet de conducir tipo B podrás circular no solo con turismos de hasta ocho plazas y menos de 3500 kilos, sino también motos con una cilindrada máxima de 125 cc, con una potencia máxima de hasta 11 kilovatios (15 cv) y una relación potencia/peso máximo de 0,1 kilovatios/kilo, es decir, aquellas contempladas en el carnet tipo A1. Esto ha animado a muchos conductores, que preferentemente se mueven en la ciudad, a comprarse un scooter. La idea es ahorrar costes en combustible, llegar antes a los sitios y minimizar los atascos. Hasta aquí, todo perfecto.
Lo que quizás no has pensado o no sabes, es que si no has cogido una moto en tu vida tendrás que ‘resetear’ tu cabeza para dejar de conducir y empezar a pilotar. Circular con un coche o con una moto, tiene muy poco que ver. Te lo explicamos a continuación:
Periodo de adaptación y aprendizaje
- Haz un curso de conducción segura antes de empezar a pilotar. Lo mejor es que busques escuelas con programas específicos.
- Pilotar en una ciudad en hora punta puede ser muy estresante para un estreno, así que conoce tu moto antes. Elige lugares poco concurridos o fines de semana con poco tráfico urbano para irte familiarizando con tu nuevo transporte.
- Si tu scooter es nuevo, necesitará un rodaje previo sobre todo en frenos y ruedas. Calcula unos 100 kilómetros. En ese tiempo, no quieras forzar para ver el máximo de posibilidades de tu máquina. Circula con suavidad y mesura.
Comprobaciones mínimas antes de arrancar
– Adapta tu cuerpo a la morfología de la moto y adopta una posición correcta. En un scooter, tienes que formar un ángulo recto con la parte superior del tronco y las piernas, es decir, como si estuvieses sentado en una silla
– Apoya firmemente los pies en el suelo de la moto y pega los codos al cuerpo. Las pruebas y el rodaje previo te servirán también para minimizar el agarrotamiento del motero primerizo. Si pilotas tensionado, acabarás teniendo dolores en brazos y espalda.
– Regula los retrovisores y comprueba todos los días que están en la posición correcta.
– Si tienes posibilidad de hacerlo, personaliza la distancia de la maneta al puño para adaptarlo a la longitud de tu mano y que puedas accionar los frenos con seguridad y rapidez.
– Recuerda que lo aconsejable es que, en parada, tus pies puedan tocar el suelo con comodidad sin tener que inclinar la moto. De lo contrario, puedes irte con tu moto al suelo. No cometas el error de comprarte una moto que no es de tu medida. Si puedes, regula el sillín.
– Las luces son cruciales en una moto. Asegúrate de que la luz de freno trasera y los intermitentes funcionan perfectamente.
– Vístete para pilotar en moto. En tu coche disponías de una carrocería. A partir de ahora, la carrocería eres tú. Protégete adecuadamente con equipamieno urbano confeccionado para motoristas.
-Quizás te parezca una tontería decirlo, pero si has bebido alguna cerveza de más después del curro o has pasado una mala noche y te encuentras cansado por la mañana, deja la moto. El transporte público y el taxi están para estas ocasiones.
Actitud defensiva y prudencia máxima
– Controla la calzada y mira siempre unos metros por delante de ti para que, por un lado, puedas prever los movimientos de los demás usuarios de la vía y, por otro, controlar la entrada en las curvas.
– Las motos necesitan una mayor distancia de frenada. Como norma general, aumenta la distancia de seguridad con el vehículo que tengas delante.
– Uno o dos de tus dedos deben estar siempre en la maneta de freno para que, llegado el caso, puedas manejarlos con rapidez.
– Los espejos retrovisores de las motos pueden tener más ángulos muertos. Además, ya no contarás con el espejo central interior del coche. Deberás usar tus ojos para no perder ni un detalle de lo que ocurre en la carretera. Un casco que te ofrezca la máxima visión periférica para evitar girar tu cabeza excesivamente es básico.
Visibilidad asegurada
– Una moto es siempre menos visible por lo que tendrás que procurar anunciar tu presencia de todas las maneras a tu alcance. Tu atención, las funcionalidades de la propia moto y tu ropa serán fundamentales.
– Señaliza siempre las maniobras que vayas a hacer. En ausencia de luces (por una avería inesperada) usa las manos. Las señas fundamentales son:
PARADA. Brazo izquierdo extendido con la palma de la mano hacia arriba.
GIRO A LA IZQUIERDA. Brazo izquierdo extendido en ángulo de 45 grados con el puño cerrado.
GIRO A LA DERECHA. Brazo izquierdo extendido con dedo índice señalando hacia la derecha por encima del casco.
DISMINUCIÓN DE LA MARCHA. Brazo izquierdo extendido en ángulo de 45 grados moviéndolo con la mano arriba y abajo.
ADELANTAMIENTO. Brazo izquierdo extendido en ángulo de 45 grados moviéndolo con la mano de atrás hacia delante.
– Nunca te sitúes en los tres cuartos traseros del coche que te precede, es decir, tras sus luces traseras. Simplemente no te verán y tú tampoco controlarás lo que pasa en la carretera.
– No te coloques detrás de camiones y furgonetas. No te dejarán ver el resto del tráfico.
– Si te colocas en paralelo a un coche y no puedes ver sus intermitentes, puedes fijarte en los movimientos de las ruedas para prever sus movimientos o en las maniobras del propio conductor a través de la ventanilla. Eso sí, no pongas en riesgo tu seguridad por mirarlo.
Comportamiento en semáforos
– En los semáforos guarda la distancia de seguridad. Procura no colocarte el primero delante de los coches si en tu ciudad no existen pasos adelantados para motos que te protejan (al menos un poco) de golpes por detrás.
– Lo de salir como un rayo cuando el semáforo pasa de rojo a verde puede jugarte una mala pasada sobre todo en cruces. Puedes encontrarte con algún coche que ha apurado y se salta un semáforo contiguo en rojo. El accidente así está asegurado.
Dónde colocarse en los carriles
– Colocarse en el centro del carril en general no suele ser buena idea ya que es donde suele haber más suciedad y pérdidas de fluidos que pueden ser resbaladizos y hacer que pierdas agarre en las ruedas.
– Colocarse demasiado a la derecha en un carril te restará visibilidad tanto para ti como para los otros usuarios de la vida. Por ejemplo, en un cruce perderás ángulo de visión de quién se aproxima (coche, ciclista, peatón) y a la vez serás menos visible.
– No olvides que no eres una bicicleta. Si te posicionas demasiado a la derecha en un carril, estarás favoreciendo que un coche no guarde la distancia de seguridad lateral mínima para adelantarte.
– Hay ciudades en las que está permitido circular por el carril bus. Si lo haces, mira que esté en condiciones ya que suelen estar sucios por derrames de aceite o con el pavimento en malas condiciones por su uso muy intensivo. Controla también que no se incorpora un autobús. Si frente a un coche tienes poco que hacer, imagina lo que pasará si chocas con un autobús.
– Los cambios de carril son uno de los momentos donde más accidentes se producen. Asegúrate bien de que no viene nadie y señaliza tus intenciones con anticipación.
Cómo actuar en atascos
– Cuando hay retenciones lo mejor es colocarse a un lado, no en el centro. Te asegurarás así de tener una vía de escape si, por ejemplo, hay un choque por alcance, algo habitual en los atascos. Tus probabilidades de poder esquivar un accidente serán mayores.
– No tengas prisa por salir. Hay motoristas que se ponen nerviosos, comienzan a circular a una velocidad excesiva entre los coches para adelantar y acaban comiéndose una puerta o, lo que es peor, un vehículo que, de repente, ha decidido cambiar de carril.
– Adelantar por el arcén entraña los mismos riesgos. Si vas a hacerlo, al menos, modera la velocidad y no te relajes.
– Intenta no quedarte el último en una fila para evitar choques por detrás. Si no puedes adelantar con seguridad, lo mejor es que te sitúes en paralelo a un vehículo.
Velocidad adecuada
– Una de las razones más habituales en los accidentes sufridos por motoristas es una velocidad poco adecuada tanto a la vía como al entorno. La ciudad no es una excepción. Lo de ‘voy en moto, así que llego en diez minutos’ puede tener consecuencias fatales. Si acatas las normas y circulas con un diferencial de velocidad pequeño con respecto al resto de vehículos, tanto tú como ellos podréis reaccionar a tiempo.
– Un consejo general que puede servirte en todas las ocasiones y vías es que aceleres con uniformidad y frenes poco a poco. Es decir, pilota con suavidad. No estás en un circuito ni en una carrera. Además, gastarás menos combustible y tus ruedas te durarán más.
– Saber usar los frenos te salvará de más de un disgusto, pero no debes manejarlos con brusquedad. Usa el freno trasero para aminorar la marcha y acto seguido acciona suave y progresivamente el delantero. Finaliza utilizando de nuevo el trasero para liberar presión y evitar que la rueda trasera se bloquee y derrapes.
– Frena al inicio de una curva para entrar con más suavidad. Inclínate hacia el interior de la curva, pero sin exagerar. Ni tu scooter es de competición ni tú eres Marc Márquez.
No todo vale para aparcar
– No aparques en aceras que no tengan como mínimo 3 metros de ancho.
– No uses elementos del mobiliario urbano para aparcar o candar tu moto. Pueden multarte.
Zonas negras en ciudad
– En ciudad hay zonas en las que, además de mucha concentración de vehículos y personas, se puede dar una bajada de la capacidad de atención y autoprotección por su parte. En ese sentido, ojo avizor en zonas de subida y bajada de autobuses, zonas de bares, zonas escolares y zonas azules. Las cuatro reúnen las dos características de las que te hemos hablado: muchos vehículos y muchas personas no siempre con su atención puesta al 100% en lo que pasa a su alrededor.
– Los aparcamientos en batería para coches suelen ser también un foco de problemas para los motoristas, especialmente, si se aparca de culo porque, al salir, primero, puede que el conductor no dé el intermitente y, segundo, puede que no te vea.
Trampas en la vía
– La verdad es que da pena decirlo, pero es así. A veces, las ciudades están llenas de pequeñas trampas para los motoristas. Socavones, fallos en el firme, pasos de peatones elevados, pintura deslizante en señales horizontales y mobiliario urbano tipo alcantarillas y chapas de obra provocan caídas que pueden doler mucho. Una vez más, el equipamiento que elijas puede significar la diferencia entre vivir o morir. Sin exagerar
By MAYAM