Si usas tu moto en esa época del año, con frio e inclemencias del tiempo, eres valiente, pero la moto siempre se debe usar llueva, haga frio, calor, etc…, pero es cierto que es más fácil encontrarse un trozo de carretera helada o con humedad, que patine más de lo previsto y que nos lleve al suelo, en invierno que en verano. Con suerte o por tu habilidad, lo podrás solventar, pero no siempre se consigue y sufrirás la caída.
Como dice un dicho motero muy popular: “hay dos tipos de motoristas, los que ya se han caído y los que se caerán”, así que unos cuantos consejos de nuestra experiencia, siempre vienen bien.
Veamos qué hacer en cada caso, pero todos debemos conocer y aplicar el sentido común y tener claro el protocolo PAS:
Proteger, Avisar y Socorrer (PAS)
«Protocolo PAS»: esto es importante ya que los nervios y la necesidad de ayudar, provocan que cometamos errores. Sí por desgracia te encuentras o provocas, alguna situación de emergencia o inseguridad, la máxima prioridad es «proteger», es decir alertar al resto del tráfico, apartar y apagar las motos implicadas (igual a los coches, peatones, etc…), y colocar señalización visual (triángulos, chalecos reflectantes, etc…
Una vez la zona está controlada y protegida, el siguiente paso es «avisar». Llamada al 112 describiendo con precisión la localización y alcance del suceso, es decir, si hay heridos, cuántos y de qué gravedad aparente, etc…, para que se movilicen suficientes servicios de ayuda. Por último «socorrer» a las posibles víctimas, evaluando sus posibles lesiones y actuando según los conocimientos que tengamos.
Tener claro que si pretendemos ayudar, antes de hacer lo expuesto anteriormente y antes de nada, sin proteger antes la zona, pueden sumarse al accidente otros vehículos, agravando la situación notablemente. Y el aviso es clave porque acelera la llegada del auténtico socorro (ambulancias y servicios de asistencia) la media hora posterior al suceso es clave para la supervivencia en el 50 por ciento de accidentes.
Caída en solitario
Un riesgo real y latente para los motoristas, es perder el equilibrio, por falta de adherencia o por un bloqueo de frenada y ¡zas…al suelo! Pero si eres afortunado, o no ibas muy rápido y la cosa se queda en solamente un susto o algunos daños materiales, un carenado rascado, una maneta rota, quizás, alguna prenda dañada también… o tal vez algo más, incluso bastante para no poder seguir camino. En invierno una caída por suelo resbaladizo tiene la ventaja que ese suelo será poco abrasivo… no consuela pero ¡algo es algo!
Sea como sea, ya sabéis, primero «proteger»: aunque no hubiera nadie más, habrá tráfico y hay que evitar daños mayores. Apártate, señaliza, con ayuda de alguien que pare, levantad y apartad la moto, y cuando estés seguro, repasa esos daños materiales. Fíjate en pérdidas de líquidos, porque pueden indicar alguna perforación (cárter o manguito, incluso depósito de gasolina), fíjate si el manillar, manetas y estriberas están en su sitio sin grietas, y no arranques el motor salvo que esté todo claramente bien. Si no lo ves claro, llama a tu seguro para que te recojan y lleven la moto al taller, no sería la primera vez que una caidita aparentemente leve se convierte después en algo peor por un fallo mecánico que no habías visto.
Y lo mismo contigo. Al día siguiente te dolerá todo, siempre es así, y con los años el suelo parece estar cada vez más duro. Pero la adrenalina del momento puede ocultar alguna lesión más seria: asegúrate que mueves todas las articulaciones sin problema con fuerza y sin dolor, antes de subirte a la moto otra vez. Incluso en ese caso es bueno acudir al médico al día siguiente, para asegurarte que todo sigue en su sitio. Y si tras la caída crees que no estás bien, no te hagas el duro: llamada al 112 y ambulancia, que para eso están. Ellos sabrán evaluar tu estado y te aconsejarán si puedes seguir con un vendaje y una palmada en la espalda, o si es mejor aplicarte el protocolo, tras un golpe.
Accidente con más implicados
Una caída leve puede convertirse en algo más, muy fácilmente: basta que la moto deslice al carril contrario, o en tu propio carril que un coche la golpee mientras está en el suelo. Al haber más vehículos implicados, aún sin daños personales, habrá que dar parte a los seguros, y salvo si la cosa ha sido realmente leve y sin apenas daños materiales (o solo por tu parte) conviene llamar a la autoridad: policía municipal en zonas urbanas, o Guardia Civil en carretera (salvo Cataluña y Euskadi donde actúan Mossos d’Escuadra y Ertzaintza respectivamente). Esto es más importante si el causante del accidente no has sido tú, para que quede constancia oficial de cómo ha sido el golpe: en el momento casi siempre la gente reconoce su culpa, pero después lo piensan, hablan con otros, incluso con su compañía de seguros… las cosas pueden cambiar y ponértelo menos fácil. Si se hace un parte amistoso y un informe oficial «in situ» cualquier reclamación posterior tendrá menos fuerza, o evitarás testigos que no estaban ahí (no imagináis lo qué hacen algunos para evitar un parte, o para cobrar de más).
Accidente con daños personales
Cuando hay heridos, lo primero (una vez asegurado el lugar del accidente y avisados los servicios de emergencia) será atender esas lesiones para evitar que empeoren. Aquí la gravedad de las heridas marcará los pasos a seguir, pero la norma es no hacer nada de lo que no estemos muy seguros porque tengamos conocimientos de primeros auxilios. Procurar no mover los heridos salvo ponerlos en posición lateral, abrigarlos como podamos, y no quitar el casco a alguien que no estemos muy seguro de no tener un golpe en la cabeza; el problema de esto es que, al quitar el casco, se puede agravar una posible lesión de cuello/cervicales si no se tiene experiencia en cómo hacerlo.
Sí es importante tranquilizarles, hablándoles con calma, diciéndoles que está todo controlado y que hay ayuda en camino. Mantener los nervios controlados es muy importante siempre en estas situaciones.
Fuente: FormulaMoto
By MAYAM