La Moto Morini Seiemezzo, la naked scrambler neo-retro, dentro de la gama de motos de media cilindrada de la marca italiana que, además de su hermana roadster la Seiemezzo STR, incluye la trail X-Cape, la custom Calibro, entre otros.

¿Cómo es?
La simplicidad bien entendida es el arma de Moto Morini cuando utiliza una plataforma de tren motriz bicilíndrico en paralelo DOHC sin llevarla al máximo, ya que produce 61 cv a 8250 rpm. No es una cifra astronómica, pero sí suficiente para perder todos los puntos del carnet.
Además, entrega 54 Nm a 7000 rpm, pero en una curva sin baches que, ayudada por un desarrollo no muy largo, permite buenas aceleraciones y recuperaciones a cualquier velocidad sin dificultad. La velocidad máxima se estima en 170 km/h.
La parte del ciclo parece sencilla en su concepción, pero está muy bien equipada. El chasis es de tubo de acero, mientras que el basculante es de doble brazo de aluminio, al que se ancla un monoamortiguador lateral muy atractivo a la derecha y regulable en extensión y precarga.

Su recorrido es de 120 mm, bajo el basculante, también en el lado derecho, aparece un escape que se integra perfectamente en el diseño de la moto y le da un aspecto muy dinámico.
La suspensión delantera la proporciona una horquilla invertida Kayaba de 43 mm con 120 mm de recorrido, con las mismas posibilidades de ajuste. Todo un lujo en una scrambler. La distancia entre ejes es de 1425 mm, la altura del asiento de 810 mm y el peso en seco de 200 kg. No es la moto más ligera, pero lo cierto es que no notas los kilos, ni corriendo ni parada.
El asiento es muy cómodo y es muy fácil llegar al suelo con las dos plantas y remar con las piernas para moverse estando de pie. El espacio para el pasajero no es tan cómodo, más duro y menos espacioso.

Las formas del depósito anticipan el contorno de tus piernas, tanto de pie como sentado, y junto con la pequeña pantalla opaca y el guardabarros delantero mixto (elevado en la parte delantera y casi unido a la rueda en su mitad trasera), proporcionan una imagen neo-retro de lo más sugerente.
La culpa es de las llantas de radios, ya que en las tallas 120/70-18 y 160/60-17 se ajustan a los magníficos Pirelli MT-60RS, mucho más pegajosas sobre el asfalto de lo que sugiere su aspecto mixto.
Los frenos son de Brembo: discos delanteros dobles de 298 mm, sujetados por pinzas axiales flotantes de doble pistón. La palanca es ajustable (también la palanca del embrague). Detrás de él hay un disco de 255 mm mordido por una pinza flotante de dos pistones. Calidad a raudales.

Las piñas están retroiluminadas, muy útiles para gestionar el menú desde la pantalla TFT de 5″, que integra toda la información deseable: velocidad, cuentarrevoluciones, reloj, nivel de combustible, refrigerante y temperatura ambiente, indicador de marcha engranada, además de la luz de advertencia. Reserva, recordatorio de servicio y sensor de presión de neumáticos.
Contrasta con los buenos acabados que podemos ver en las costuras del asiento, realmente excepcionales por su comodidad, el tapón de combustible con bajorrelieve del logo de Moto Morini, o los protectores laterales del depósito, que evitan que las rodillas resbalen sobre el depósito.
La inyección electrónica y el ABS son todas las electrónicas que encontrarás en la Seiemmezzo SCR, porque no tiene modos de motor ni control de tracción, aunque sí cuenta con iluminación full-LED y luz diurna DRL, que actúa en el perímetro del faro redondo y que emite mucha personalidad. También se actualiza a través de la opción de conectividad con tu teléfono móvil vía Bluetooth.

PRUEBA
Lo primero que llama la atención a bordo de la Moto Morini Seiemmezzo SCR es la posición de pilotaje. Lo curioso es que, aunque no es una posición muy común, resulta cómoda. El manillar es muy ancho, pero está a la distancia y altura adecuadas para que las manos descansen.
Las estriberas están muy separadas. Comparten apoyo con las estriberas del pasajero y aunque su motor no es especialmente amplio, la distancia entre tus pies sí lo es.

Mi conclusión es que es deliberado, porque combinado con el asiento, muy cómodo pero peculiar en sus formas, da como resultado una posición muy cómoda, incluso de pie.
Una vez en marcha, todo llega con absoluta facilidad, el cambio es rápido y preciso. Después de ver las cifras sobre el papel, esperaba tener que revolucionar mucho el motor para sacarle el mejor partido, pero me encontré con un motor muy agradable, que revoluciona fácilmente y además tiene una buena reserva de par a media gama.
La Moto Morini Seiemmezzo SCR se muestra como una moto que, excepto por la capacidad de carga, es una moto muy versátil, que te hace la vida fácil en todas las condiciones. Desde sus palancas ajustables y en esa posición «amplia», se puede sentir que el embrague es muy fácil y los frenos son efectivos.

Puedes ver que, además de las salidas por carretera, las suspensiones de la Moto Morini Seiemmezzo SCR son muy adecuadas para la ciudad, tanto para subir y bajar aceras, como para sufrir los baches y trampas que presenta el asfalto.
Cuando quieres rodar en forma deportiva, la moto funciona mejor de lo esperado, tal y como vienen de serie, y se pueden ajustar en precarga y extensión. Con 120 mm de recorrido de la horquilla, es normal que haya algo de hundimiento en la frenada antes de entrar en una curva, pero la Seiemezzo SCR te da una entrada natural, ya sea mientras pilotas o comprimiendo la suspensión al frenar.
Los neumáticos Pirelli MT-60RS, hacen su funcionan con dignidad, la moto es obediente en la trazada y te permite variaciones en la misma, te perdona errores. En las curvas rápidas, la distancia entre los ejes ayuda a percibir una estabilidad buena, te da confianza.

Al ser una scrambler, sabes dónde estás y hasta dónde puedes llegar, es en ese momento cuando tu perspectiva sobre el Seiemezzo SCR cambia por completo y tus prejuicios de clase se evaporan. Lo que comienza como una prueba de scrambler se convierte en una prueba divertida.
Debo decir, que me ha sorprendido la dinámica de esta moto, pues, de entrada no tenia muy claro que funcionase tan bien y sin sobresaltos por asfalto y debo convenir que se comporta bien en cualquier situación, pude rodar unos cuantos km por tierra, en una pista plana y sin complicaciones y la moto se ha comportado bien en ese terreno, claro, que no he pretendido buscarle las cosquillas, porque no las tiene, es una scrambler no una todoterreno, pero para rodar por pistas sencillas es muy divertida y puedes ir todo lo de lado que quieras, si es lo que deseas.
Es una moto perfecta para los usuarios del A2, una moto escuela de buen nivel y dinámica y con ella aprenderás mucho.
By MAYAM