El pilotaje deportivo en carretera de una moto es una disciplina que va más allá del simple uso. Se trata de un conjunto de técnicas, conocimientos y habilidades que permiten al motorista explotar el potencial de su vehículo de manera más eficiente, precisa y, sobre todo, segura. A diferencia del pilotaje recreativo o de desplazamiento diario, el pilotaje deportivo se enfoca en el rendimiento, la fluidez y la anticipación, adaptándose a las condiciones de una vía pública que no es un circuito.
Concepto y filosofía del pilotaje deportivo
El pilotaje deportivo no busca la velocidad extrema ni la temeridad. Su objetivo principal es optimizar la trazada, la frenada y la aceleración para un paso por curva más rápido, controlado y seguro. Esto se logra mediante la comprensión de la dinámica de la moto y la interacción entre el piloto, la máquina y el entorno. Se basa en una mentalidad de mejora continua, donde el piloto busca la perfección en cada movimiento y decisión.
Un piloto deportivo entiende que la carretera no es un circuito.
Esto implica:
Márgenes de seguridad: Se debe mantener un margen de seguridad amplio, ya que la vía pública presenta imprevistos como tráfico, suciedad en el asfalto, animales, y condiciones cambiantes.
Dominio de la situación: El piloto debe estar siempre en control, sin ir «al límite» de sus capacidades o las de la moto. La adrenalina no debe nublar el juicio.
Adaptación al entorno: Las técnicas se adaptan a las condiciones de la carretera. No se puede replicar un pilotaje de circuito al 100%, ya que las curvas no son peraltadas ni las escapatorias son de grava.
Fundamentos y técnicas clave
El pilotaje deportivo se sustenta en una serie de técnicas fundamentales que, al combinarse, permiten un control superior de la moto.
A. La postura y el reparto de pesos:
La postura del piloto es el primer eslabón para un buen pilotaje. Una postura correcta no es rígida, sino relajada y dinámica.
Pies: Los pies deben ir apoyados en los estribos por la parte media de la bota, no por el talón. Esto permite al piloto mover el cuerpo con mayor facilidad y sentir las reacciones de la moto.
Rodillas: Deben estar firmemente pegadas al depósito para abrazar la moto. Esto ayuda a soportar el peso del cuerpo y a tener un mejor control en las curvas.
Manos y brazos: Las manos deben sujetar el manillar de forma relajada. No se debe cargar el peso del cuerpo en las muñecas, ya que esto entorpece la dirección y la sensibilidad. Los brazos deben estar ligeramente flexionados para absorber irregularidades.
Cuerpo y tronco: Se utiliza el peso del cuerpo para ayudar a la moto a girar. El piloto se descuelga hacia el interior de la curva, sacando el glúteo y el tronco para desplazar el centro de gravedad. Esto permite una inclinación de la moto menor para la misma velocidad, lo que se traduce en un mayor margen de seguridad.
B. El Contramanillar:
Esta es la técnica más importante para iniciar y controlar la inclinación de la moto. Aunque para los pilotos experimentados es un acto instintivo, es esencial entender su funcionamiento. Para girar a la derecha, se empuja el manillar derecho hacia adelante; para girar a la izquierda, se empuja el manillar izquierdo. Este movimiento inicial hace que la moto se incline hacia el lado contrario, pero el efecto giroscópico de las ruedas la obliga a caer hacia el lado que se desea girar.
C. La Trazada:
La trazada es la línea imaginaria que el piloto sigue a través de una curva. Una buena trazada minimiza la inclinación de la moto y maximiza la velocidad de paso por curva.
Frenada: La frenada se realiza antes de entrar en la curva, con la moto aún recta.
Punto de entrada: Es el lugar donde se comienza a inclinar la moto. Debe ser temprano para abrir la curva y poder ver la salida.
Ápice: Es el punto más cercano al interior de la curva. El piloto busca el ápice en la mitad o a dos tercios de la curva.
Punto de salida: Es el lugar donde se endereza la moto y se comienza a acelerar progresivamente. Una buena trazada permite acelerar pronto y salir de la curva con fluidez.
D. El uso de los frenos:
La frenada en el pilotaje deportivo no es solo para detenerse, sino una herramienta para controlar la velocidad y la trayectoria.
Frenada progresiva: Se aplica el freno delantero de forma suave y progresiva, incrementando la presión para transferir el peso al tren delantero. Esto mejora el agarre y la estabilidad de la horquilla.
Freno delantero y trasero: En la mayoría de las situaciones, el freno delantero es el más potente y eficaz. El freno trasero se utiliza para estabilizar la moto en la entrada de la curva o para corregir la trayectoria en situaciones de emergencia.
E. La aceleración:
La aceleración debe ser fluida y progresiva.
Aceleración en curva: Se acelera de forma suave y gradual, a medida que se endereza la moto al salir de la curva. Esto evita que la rueda trasera patine y ayuda a la moto a levantarse y prepararse para la siguiente recta.
Control de tracción: Las motos modernas con control de tracción ayudan a gestionar la potencia en la salida de la curva, pero un buen piloto debe sentir el límite de la adherencia sin depender únicamente de la electrónica.
Diferencias clave con el pilotaje cotidiano
| Pilotaje Cotidiano | Pilotaje Deportivo | |
| Objetivo | Desplazamiento seguro y cómodo | Optimización del rendimiento y la fluidez |
| Postura | Relajada, erguida, sin movimientos activos | Dinámica, cuerpo activo, descolgándose en curva |
| Frenada | Aplicación suave y temprana | Progresiva, concentrada antes de la curva |
| Aceleración | Moderada, sin buscar el límite | Progresiva, buscando la máxima tracción |
| Trazada | Se adapta al tráfico y obstáculos | Se busca la línea ideal para la curva |
| Equipo | Casco y ropa básica | Equipo de seguridad completo (mono de cuero, botas, guantes, espaldera) |
La puesta a punto de la moto
Para un pilotaje deportivo, la moto también debe estar en óptimas condiciones. Aunque el piloto es el factor más importante, una moto bien ajustada facilita el trabajo.
Neumáticos: Deben estar en perfecto estado, con la presión y el compuesto adecuados para el tipo de pilotaje y las condiciones de la carretera.
Suspensiones: Una correcta puesta a punto de las suspensiones (precarga, compresión, extensión) mejora el comportamiento de la moto en frenadas y aceleraciones, y en el paso por curva.
Frenos: El sistema de frenos (pastillas, latiguillos, líquido) debe estar en perfectas condiciones para garantizar una frenada potente y sin pérdida de tacto.
El factor humano: mente y cuerpo
El pilotaje deportivo es tan mental como físico.
Preparación física: Un buen estado físico permite al piloto mantener la concentración y la resistencia, especialmente en rutas largas o exigentes. El fortalecimiento del core, las piernas y los brazos es fundamental.
Preparación mental: El piloto debe estar concentrado, sereno y anticiparse a las situaciones. El miedo y la tensión son enemigos del pilotaje fluido. La práctica y la experiencia son clave para ganar confianza.
Entrenamiento: La mejor manera de aprender y mejorar el pilotaje deportivo es a través de cursos especializados, donde instructores profesionales enseñan las técnicas en un entorno controlado (pista cerrada o circuito). Estos cursos permiten al motorista entender los límites de su moto y los suyos propios en un entorno seguro.
COMENTARIO
El pilotaje deportivo en carretera no es un sinónimo de ir rápido a cualquier precio, sino de ser un piloto más completo, consciente y eficiente. Es una disciplina que exige respeto por la máquina y la carretera, así como una constante búsqueda de la mejora personal.
Dominar estas técnicas no solo aumenta la diversión al pilotar, sino que también eleva el nivel de seguridad al dotar al motorista de las herramientas necesarias para reaccionar ante cualquier situación imprevista con precisión y control. En definitiva, es la expresión más elevada de la conexión entre el hombre, la máquina y el asfalto.
By MAYAM













