Dos ruteras deportivas que redefinen el concepto de gran turismo, ambas motos representan la cúspide de la evolución GT deportiva: la KTM 1390 Super Duke GT apuesta por la innovación radical y la potencia bruta, mientras que la Suzuki GSX-S 1000 GT se posiciona como una rutera equilibrada, eficaz y accesible para una amplia gama de personas entusiastas del motociclismo.


Capacidades y características técnicas
- KTM 1390 Super Duke GT: Propulsada por un motor bicilíndrico en V de 1350 cc, entrega cifras impresionantes, superando los 175 cv y con un par motor abundante desde bajas vueltas. Su chasis multitubular, suspensiones semi-activas WP y frenos Brembo de alta gama subrayan su ADN deportivo.
- Suzuki GSX-S 1000 GT: Equipa el legendario cuatro cilindros en línea de 999 cc, heredado de la saga GSX-R, que desarrolla alrededor de 152 cv. Su bastidor de aluminio doble viga aporta rigidez, mientras que la electrónica y el equipamiento la aproximan al mundo actual sin perder la esencia sport-touring.
Dinámica y comportamiento
La KTM impresiona por su respuesta instantánea, su agilidad y la sensación de control absoluto gracias al conjunto de suspensiones adaptativas. Permite transiciones rápidas y una gran confianza en trazados sinuosos o a alta velocidad. La Suzuki, por su parte, destaca por la suavidad de entrega, la estabilidad en curvas rápidas y la facilidad de manejo incluso para quienes se inician en ruteras deportivas, transmitiendo seguridad y previsibilidad en todo momento.

Potencia y entrega
- KTM: Su explosivo bicilíndrico ofrece una entrega lineal pero contundente, ideal para quienes buscan sensaciones fuertes y aceleraciones fulminantes, acompañadas de un rugido inconfundible.
- Suzuki: El tetracilíndrico japonés es refinado, progresivo y elástico, permitiendo jugar con el rango de revoluciones y adaptándose tanto al pilotaje deportivo como a largos trayectos ruteros.
Equipamiento electrónico
Ambos modelos apuestan por la tecnología: control de tracción, modos de motor, ABS en curva, quickshifter, y gestión electrónica de suspensiones y frenos (más avanzada en la KTM). Además, las dos cuentan con pantallas TFT, conectividad Bluetooth, control de crucero y puños calefactables, facilitando el confort y el control en cualquier circunstancia.
Economía y confort
La Suzuki GSX-S 1000 GT tiende a ofrecer un consumo más contenido, costes de mantenimiento razonables y una posición de pilotaje relajada, orientada a quienes priorizan el confort en rutas largas. La KTM, con su carácter explosivo y un equipamiento más sofisticado, puede suponer un desembolso inicial y de mantenimiento superior, aunque lo compensa con una ergonomía ajustable, buena protección aerodinámica y asientos pensados para largas distancias.

Uso y disfrute
Para el día a día, la Suzuki resulta dócil y menos exigente, disfrutando tanto en ciudad como en carretera abierta. La KTM, por su parte, es puro temperamento: ideal para quienes buscan adrenalina, rutas de montaña y velocidad punta, sin renunciar a la comodidad en trayectos largos.
Las motos de turismo deportivo han evolucionado para ofrecer una combinación perfecta entre deportividad, tecnología y confort en largos recorridos. En este segmento, la KTM 1390 Super Duke GT y la Suzuki GSX-S 1000 GT se posicionan como dos de las opciones más atractivas y opuestas en filosofía.
¿Cómo se pilotan?
KTM 1390 Super Duke GT
La KTM impresiona desde el primer instante por su respuesta instantánea al acelerador y su agilidad fuera de lo común. El conjunto de suspensiones adaptativas (una de las grandes bazas de la austriaca) se traduce en una sensación de control absoluto, incluso en situaciones límites. Permite transiciones rápidas, cambios de dirección con precisión quirúrgica y una confianza inquebrantable tanto en trazados sinuosos como a altas velocidades.
El explosivo motor bicilíndrico entrega potencia de manera lineal pero contundente: cada giro del acelerador despierta una respuesta inmediata, ideal para quienes buscan sensaciones puras y aceleraciones fulminantes. El sonido (ronco y característico) es un deleite para quienes disfrutan de la experiencia auditiva del pilotaje. Además, la ergonomía ajustable y la posición de manejo permiten adaptar la moto a distintos estilos de uso, ya sea más deportiva o más orientada a la comodidad en largas distancias.
La electrónica está a la vanguardia: control de tracción, modos de motor personalizables, ABS en curva, quickshifter bidireccional, gestión avanzada de suspensiones y frenos, pantalla TFT de última generación, conectividad Bluetooth, control de crucero y puños calefactables. Todo ello suma para que el pilotaje sea tan emocionante como seguro y controlado.

Suzuki GSX-S 1000 GT
La Suzuki, por su parte, apuesta por la suavidad y previsibilidad. Su tetracilíndrico japonés es refinado, progresivo y elástico, lo que permite jugar con el rango de revoluciones y adaptar el pilotaje tanto a un ritmo deportivo como a un trayecto relajado. La entrega de potencia es lineal, sin sobresaltos, facilitando la gestión del acelerador incluso para personas menos experimentadas en motos de gran cilindrada.
El chasis ofrece estabilidad en curvas rápidas, y la moto transmite seguridad en todo momento. La posición de manejo es relajada y menos exigente, lo que se traduce en una menor fatiga durante recorridos prolongados. La tecnología, aunque no tan avanzada como la de la KTM, incluye lo esencial: modos de motor, control de tracción, ABS, quickshifter y una pantalla TFT clara e intuitiva. El conjunto resulta amigable y fácil de llevar, disfrutando tanto en ciudad como en tramos abiertos.

¿Cómo se viaja?
KTM 1390 Super Duke GT
Pensada para largas distancias, la KTM ofrece una ergonomía personalizable, asientos diseñados para el confort a lo largo de muchos kilómetros y una buena protección aerodinámica gracias a su carenado y parabrisas regulable. El equipamiento orientado al turismo (maletas, control de crucero, puños calefactables) la convierten en una opción ideal para quienes buscan recorrer cientos de kilómetros sin renunciar a la deportividad.
El comportamiento general es firme y directo: las suspensiones adaptativas permiten ajustar la moto a la carga y al tipo de carretera al instante, y la electrónica ayuda a mantener el confort y la seguridad bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, su carácter deportivo y su equipamiento sofisticado pueden traducirse en un mayor consumo y costes de mantenimiento, aunque lo compensa con vivencias intensas y un nivel de confort de referencia para el segmento.

Suzuki GSX-S 1000 GT
La Suzuki brilla por su enfoque práctico y racional. La posición de pilotaje está pensada para minimizar la fatiga, con manillares bien situados y un asiento cómodo para piloto y acompañante. El consumo es más contenido y los costes de mantenimiento resultan razonables, lo que la hace atractiva para quienes priorizan la economía en largas rutas.
El equipamiento, aunque algo más sencillo que el de la KTM, es suficiente para afrontar viajes de varios días: pantalla TFT, conectividad, control de crucero y un espacio para equipaje bien resuelto. La moto filtra bien las irregularidades del asfalto y su comportamiento predecible permite viajar relajado, disfrutando de una conducción estable y sin sorpresas.

Comportamiento en carretera de montaña
KTM 1390 Super Duke GT
En trazados de montaña, la KTM saca a relucir todo su potencial. Su chasis rígido y la geometría deportiva permiten atacar curvas enlazadas con una facilidad asombrosa. Las suspensiones adaptativas leen el terreno en tiempo real, adaptándose al asfalto y permitiendo aceleraciones fulminantes a la salida de cada viraje. El control de tracción y el ABS en curva son aliados imprescindibles cuando se rueda rápido por puertos revirados.
La moto se siente ligera y precisa en los cambios de dirección, y la generosa potencia del bicilíndrico permite salir de las curvas con contundencia. Estas características hacen que la KTM sea la compañera ideal para quienes buscan emociones fuertes y un ritmo elevado en carreteras de montaña, sin sacrificar seguridad ni control.

Suzuki GSX-S 1000 GT
La Suzuki responde con nobleza en escenarios montañosos. Su tetracilíndrico es progresivo y permite una entrega suave, facilitando el control en curvas cerradas y cambios de ritmo. La estabilidad es su sello, inspirando confianza incluso en personas con menor experiencia en rutas retorcidas.
La moto pide ser llevada con finura, aprovechando su chasis equilibrado y su previsibilidad en todo momento. Aunque no transmite la sensación explosiva de la KTM, permite disfrutar de la carretera, trazando con precisión y sin sobresaltos. Para quienes buscan un uso más relajado, la Suzuki ofrece una experiencia gratificante y segura.

Equipamiento electrónico y tecnología
Ambos modelos equipan las últimas tecnologías del segmento GT deportivo: modos de motor, control de tracción, ABS en curva, quickshifter, gestión electrónica de suspensiones (más avanzada en la KTM), pantallas TFT, conectividad Bluetooth, control de crucero y puños calefactables. La KTM, sin embargo, da un paso adelante con una gestión electrónica más sofisticada, amplias posibilidades de personalización y sistemas de ayuda al pilotaje de última generación.
COMENTARIO
La KTM 1390 Super Duke GT y la Suzuki GSX-S 1000 GT representan dos visiones diferentes del turismo deportivo. La KTM es la opción radical, orientada a quienes buscan prestaciones extremas, tecnología de vanguardia y personalidad arrolladora en cada salida. Su comportamiento en curvas y su capacidad de emoción la convierten en la compañera perfecta para rutas de montaña y viajes largos llenos de adrenalina.

La Suzuki, en cambio, se perfila como la alternativa lógica, equilibrada y fiable: su comportamiento es progresivo, su consumo contenido y la facilidad de manejo la hacen perfecta tanto para uso diario como para viajes largos. Es la moto para quienes buscan equilibrio, confort y deportividad en el día a día.
La decisión final dependerá del tipo de experiencia que cada persona busque: la radicalidad incansable y tecnológica de la KTM, o el equilibrio inteligente y racional de la Suzuki. Cualquiera de las dos es garantía de diversión y prestaciones sobre dos ruedas, adaptándose a estilos y prioridades muy personales.

Ambas representan enfoques diferentes en el segmento GT deportivo. La KTM 1390 Super Duke GT es la opción para quienes priorizan prestaciones extremas, tecnología de vanguardia y personalidad arrolladora. La Suzuki GSX-S 1000 GT, en cambio, se perfila como la alternativa lógica, equilibrada y fiable, sin renunciar a la deportividad ni al confort. La elección dependerá del tipo de experiencia que cada persona busque sobre dos ruedas: la radicalidad incansable de la KTM, o el equilibrio inteligente de la Suzuki.
By MAYAM