En una época anterior a la navegación por satélite, Internet, el correo electrónico y los teléfonos móviles, y en una época en la que las mujeres casi nunca viajaban solas a países aventureros, Elspeth Beard logró algo que sigue siendo notable hoy en día.
En 1982, Beard se embarcó en un viaje en solitario de dos años que la llevaría por todo el mundo en su amada moto, la primera mujer británica en hacerlo. Desde el interior de Australia hasta las montañas de Nepal, Beard viajó por algunos lugares fascinantes.
Las grandes historias detrás de estos lugares y su logro como motera en solitario se han convertido en un libro brillante, Lone Rider, en 2017 (un libro recomendable, además esta en español). “Cuando me puse en camino para dar la vuelta al mundo en moto en 1982, nunca imaginé que se publicaría mi historia”, dijo sobre su libro. “A mi regreso, en 1984, guardé todos mis diarios, cintas y fotos en una caja de cartón en el fondo de un armario, donde permanecieron durante más de treinta años”.
Beard aprendió a pilotar una moto en Salisbury Plain a la edad de 16 años. Comenzó su viaje alrededor del mundo en 1982, después del tercer año de su curso de formación en arquitectura, utilizando una moto BMW R60/6.
Beard agregó alforjas blandas, una bolsa sobre depósito y una bolsa adicional atada al asiento del acompañante antes de embarcarse en el viaje. En octubre de 1982, Beard envió su amada BMW a Nueva York y llegó a Heathrow con una tienda de campaña y algunas pertenencias. “Estaba muy nerviosa, pero también estaba emocionada y sentí un cosquilleo de libertad”, recuerda.
Cuando llegó a Nueva York, se montó en su moto y viajó a Canadá, luego al sur a México y de regreso al norte a Los Ángeles. “Viajar en esos días era muy diferente”, dice. “No había Internet ni navegación por satélite. Fue una verdadera aventura. No sabía dónde me quedaría esa noche ni dónde podría comer o comprar gasolina. Planearía mi ruta con dos o tres días de anticipación y esperaría lo mejor. Fue emocionante y finalmente me sentí libre”.
Después de viajar miles de kilómetros a través de los Estados Unidos, Beard envió su moto desde Los Ángeles a Sydney, donde pasó once meses trabajando como arquitecta, antes de pilotar su moto por Australia.
En Townsville, Queensland, tuvo un accidente que la dejó hospitalizada durante dos semanas. “Viajaba con dos personas que conocí en el camino”, recuerda. “Viajábamos por el interior y mi rueda delantera se hundió en un bache. La moto dio una voltereta y yo volé por el aire. Aterricé de cabeza y no recuerdo el accidente. Todo lo que recuerdo es despertarme en el hospital sintiéndome confundida y asustada”. Si sus compañeros de viaje no hubieran estado con ella, Elspeth habría muerto. Sin embargo, estaba decidida a seguir adelante. “Hice todo lo que pude para minimizar el riesgo, pero no se puede hacer un viaje así sin esperar tener algunos accidentes”. Beard siguió viajando hasta Perth, y envió su moto a Singapur, antes de viajar por Bali, Java y Sumatra, Malasia y Tailandia.
De vez en cuando es bueno tomar ejemplo de alguien para lanzarse a viajar en moto. Elspeth Beard, en 1982 y en solitario, se lanzó a dar la vuelta al mundo con su moto, fue la primera inglesa en lograrlo, se lo propuso y lo hizo.
Elspeth, en el momento de lanzarse a la aventura, era solo era una chica estudiante que acababa de terminar su carrera de arquitectura, como buena estudiante, sin dinero, pero su anhelo y su forma de ver la vida, la lanzaron a la aventura de dar la vuelta al mundo con su moto.
Como ya hemos comentado, de electrónica nada de nada, su aventura la llevo a atravesar zonas de las que por aquel entonces ni siquiera había mapas. Sin sponsors, viviendo de sus ahorros y deteniéndose a ganarse unos dineros cada vez que se quedaba sin fondos.
Con su propia moto, la cual sabía montar y desmontar de arriba a abajo ella sola. Sin asistencia, y con inconvenientes en el camino a superar, teniendo que quedar en ocasiones a merced de la piedad de los nativos.
Los deseos y actitudes, junto al empeño hicieron que esta mujer superará muchos inconvenientes y contratiempos, por lo que es un ser admirable, además poder leer su historia en el libro mencionado es atractivo y constructivo. Hoy día vive desde hace mucho tiempo en una antigua torre de agua que ella misma construyó como vivienda.
Esta mujer, que, pese a su edad, sigue usando su moto a diario, ahora reconocida por ser una arquitecta de éxito. Porque tras su viaje y todo lo aprendido y asumido al dar la vuelta al mundo y si además sobrevives a todos los problemas imaginables (caídas, tifones, desiertos, inundaciones, accidentes, personas problemáticas, etc…) te haces más fuerte, más pragmático y eres capaz de comerte el mundo.
By MAYAM