Pilotar una moto es una cuestión de actitud y ganas de vivir la emoción de la libertad, pero para muchos es una forma estresante de moverse, nunca al montar una moto, debemos sentir miedo, tan solo respeto por la maquina que nos transporta, siempre debemos estar relajados y con todos nuestros sentidos activos al 100×100, analizar todas nuestras acciones sobre la moto e ir aprendiendo con el paso de los km o seguir una rueda que te enseñe y te corrija, pero sobre todo dejar los egos en casa y ser humildes e ir absorbiendo sensaciones, con todo ello conseguiréis experiencia y ser buenos pilotos, vamos a ello.
Como consejo te recomendamos que te dirijas de nuevo a tu pista de pruebas, un amplio espacio abierto con buen piso. Imagina una curva de radio medio. Si llevaras el freno accionado, los anchos neumáticos de las motos actuales crearían una especie de par que se opone a “meter la moto”. Así que, de momento, llega a “tu curva” a la velocidad justa, pero con los frenos soltados.
En primer lugar, “no mires donde pisas“: si lo haces, no sabrás adonde vas. Así que levanta la mirada algo lejos para anticipar cada maniobra. La moto irá donde mires…
A velocidad constante, aplica lo aprendido. Basta una insinuación de tu peso hacia el estribo y mover “el culo” hacia la parte interior del asiento para que la moto “caiga y gire”. Como has comprobado ya, un ligerísimo “contramanillar” inicial (tirar del puño exterior a la curva y presionar el puño interior) basta para aumentar este giro natural. Deja ahora que la moto corra “suelta” hacia el ápice de tu curva imaginaria, pero mantenla girando en redondo. Verás que ni tú ni los neumáticos soportan apenas fuerzas: la moto se queda virando y siguiendo la trayectoria escogida, simplemente apoyada de modo neutro en el interior de los neumáticos.
Girar, abrir, cerrar. Estás girando en círculo y con la moto equilibrada. Puedes mantener este giro sin apenas esfuerzo. ¿Quieres cerrar un poco la trayectoria, y girar más cerrado? Carga un poco más de peso sobre el borde del asiento con el “interior de tu muslo”. La moto se caerá algo más hacia dentro del neumático y, con ello, girará más. Presiona ligeramente el estribo interior: ídem. Presiona un poco el manillar con la fuerza de tu torso. Verás que, después que hayas efectuado antes el “contramanillar” indicado para inclinar la moto (es decir, para “meterla en la curva”), te bastará añadir una ligera presión sobre el puño interior para tumbarla aún más.
Haz todas estas maniobras al contrario. Si cargas hacia fuera, verás que la moto abre la trayectoria (y con ello el radio de giro). Tu moto, simplemente, “se abre” apenas la “levantas”. Termina pues este ejercicio. Desde un radio de giro determinado, «tumba y levanta la moto» alternativamente. Con ello, en realidad, estarás variando el radio de giro de tu “curva”.
No te caerás por inclinar tu moto. Aunque te parezca mentira, siempre que no vayas a una velocidad desaforadamente fuera de todo límite, “nunca te caes por inclinar demasiado rápido una moto hacia el interior de una curva”. Así que puedes practicar a realizar la maniobra de «meter la moto», citada en el texto anterior, haciéndolo ¡casi de golpe! Verás que la velocidad de inclinación, y con ello la de «entrar en la curva» es increíblemente rápida, sin que por ello pierdas necesariamente adherencia en los neumáticos. Si te pasas y crees que vas a «caerte hacia dentro» simplemente levanta la moto hacia fuera con el cuerpo y corrígelo.
Más consejos para movernos en moto
Colgado: Descolgarse para “tocar la rodilla como sea ”es inútil. Colgar el cuerpo hacia dentro, como hacen los pilotos, equilibra la fuerza centrífuga que saca la moto hacia el exterior de la curva, y permite mayor velocidad con la misma inclinación. Pero no te concentres sólo en “hacer una buena foto”.
Relajado: En carretera, conduce relajado, con la pierna interior ligeramente más abierta, cargando y descargando el peso de tu cuerpo desde el “interior de tus muslos” sobre el lateral del asiento para inclinar la moto y tomar las curvas sin agarrotar los brazos perdiendo capacidad de reacción.
Circuito: Aquí sí estás seguro: vuelta tras vuelta, y con la debida monitorización, has encontrado el punto justo de inclinación que pide cada curva. Lo consigues con una única maniobra a la entrada de la curva, de modo que puedes concentrarte en el agarre disponible y en la aceleración.
By MAYAM