Bajo su denominación con fuertes connotaciones británicas, la nueva Brixton 1200 Cromwell llega para contrarrestar a un icono del viejo continente.
Sin embargo, no debe verse solo como una competidora de la Triumph Bonneville T120 o una retro más. China es también (¿especialmente?) una ofensiva de gran cilindrada, un área hasta ahora no atacada por los fabricantes más grandes del mundo.
La 1200 Cromwell no es la única moto del país con un gran motor (también está la CF Moto 1250 TR-G o la Benelli 1200 GT) pero es la primera que quiere adentrarse en el mercado europeo. Una escaramuza que algunos escudriñarán muy de cerca.
Empezando por Triumph, marca que seguramente se irritará al ver a este sucedáneo de la Bonnie, venir a revolcarse en sus mercados. No hay necesidad de postergar o buscar otras influencias, la gran Cromwell ha copiado a la inglesa.
Pero no completamente. El diseño destila su pequeña parte de personalidad. No es tan nostálgica, tan elegante, tan «pudín» como la original. Todavía le falta un poco de emoción, sin que eso inquiete demasiado. Los diseñadores han cuidado la curiosidad, respetando las llantas de radios, la presencia de fuelles de horquilla, aletas de motor fresadas, un sillín plano, como antaño y un motor recto.
Los datos técnicos también son muy cercanos a la inglesa. Estamos ante un gran gemelo paralelo, de 1222 cm3, con culata ACT y 4 válvulas por cilindro. Puede producir 82 cv a 6500 rpm y un par máximo de 107 Nm a solo 3500 rpm. Para mover una máquina de 235 kg. Estos son casi los mismos números que la Bonni 1200.
Al igual que en ella, la Brixton cuenta con 2 modos de pilotaje y control de tracción. Las suspensiones vienen de Kayaba, los frenos de Nissin, el ABS de Bosch y los neumáticos de Pirelli. Un poco más de tecnología está a bordo de esta moto, con un tablero de instrumentos TFT en color, tan redondo como el faro adornado con un toque de originalidad en sus puntos cardinales.
China ha invadido durante mucho tiempo el mercado de cilindrada pequeña, bajo sus colores o a través de múltiples marcas en todo el mundo que cambian el nombre de los modelos originales. Limitado durante mucho tiempo a cilindradas pequeñas y cilindros individuales de todos los tamaños, utilizando patentes antiguas y una reputación de bajo costo, la imponente nación está en proceso de subir de categoría. ¿Peligrosamente?
La Cromwell 1200 ilustra este deseo de un asalto progresivo y seguro. Su precio llama la atención. El diseño no aporta nada nuevo, pero muestra unas ganas de luchar en igualdad de condiciones.
Quedan preguntas donde sólo el tiempo afinará las respuestas. ¿Qué pasa con la fiabilidad? ¿De la red de concesionarios? ¿Apoyo? ¿En qué estado estará la moto dentro de 10 años? ¿El precio en el mercado de segunda mano?
Información de la que a veces será difícil considerar una perennidad cuando el precio en la etiqueta chino-austríaca muestre 3000 euros menos que la inglesa.
By MAYAM